Sin duda es una serie excelente, con historia, transfondo social, realismo... No es la típica serie de polis y camellos, lo cual es de agradecer. Y los actores trabajan estupendamente. Sin embargo, quizás tanta naturalidad y realismo sea un punto en contra, pues hace que algunos capítulos lleguen a resultar algo tediosos. Su escaso dinamismo es compensado ampliamente por sus otras virtudes, pero aún así hubiera sido mejor reducir unos minutos cada capítulo, o añadir algo más de picante de vez en cuando. De todas formas, cuando acabas cada temporada no te queda otra que sonreir con satisfacción por el espectáculo.