Supongo que pese a admirar el completo de la película, mi personal admiración no va hacia el protagonista, sino hacia el gran antagonista, Little Bill. Si nos fijamos en el comportamiento y catadura moral de los personajes, tenemos sin duda al mediocre que es el biógrafo, hombre sin valentía, sin honor y con un cobarde modo de entender la vida, el típico hombrecillo con el que siquiera habriase de desperdiciar una bala. Si el mal en el film ha de ser representado, lo estaría de la mano de Bob el ingles, que divierte con su fina ironía y sus preferencias monárquicas, representa ante todo la vanidad y la mezquindad. Kid, el joven vaquero, se revela como un chico con ganas de impresionar, un chico sin experiencia que no sabe hasta que punto es capaz de matar a un hombre o no, el cree que es capaz, pero después de hacerlo torpemente no puede reprimir las lágrimas y se echa a llorar, cuál niño sin caramelos. Ned , el amigo leal, hace gala de la fidelidad y el respeto que todos desearíamos en alguien a nuestro lado, muere torturado y sólo al final y por puro dolor, revela el nombre de su amigo, en teoría, fuera de peligro. William Munny, el antihéroe, es ante todo, un personajazo, un hombre violento y cruel en el pasado, famoso por sus viles crímenes carentes de humanidad, se reforma gracias a una mujer y vive una vida completamente alejada del mundo y de lo que el solía ser, un asesino sin corazón que ve la luz en los ojos de su esposa, bonito, muy bonito. Tras la muerte de su esposa y debido a las dificultades económicas y a una vida sin dicha, vuelve a las andadas, es decir, a matar por dinero, sin la malicia ni el desdén que antes lo caracterizaban y con el firme objetivo de mejorar el futuro de sus dos hijos. Y llegamos al último, Little Bill, un hombre de principios, incorruptible, fiel a la verdad y con un total apego a la ley, una ley que el ha de mantener y si para ello tiene que enfrentarse con mercenarios, apalizarlos o hasta matarlos, por el bien de su condado lo va a hacer. No hay maldad en él, pese a la dureza que lo caracteriza, y se esté de acuerdo o no, trata de impartir justicia en todo momento, sin dejarse influenciar por nada ni nadie, el no necesita una mujer para ser buen hombre y tampoco pretende serlo, sólo quiere que los mercenarios no entren en su condado y que las putas no den problemas, en definitiva, lo que quiere todo hombre sencillo. Con todo esto y mucho más, he de decir que todo amante del gran cine debe disfrutar este clásico.