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Voto de Esquecendo:
6
Serie de TV. Drama. Comedia Miniserie de TV (2020). 8 episodios. Miniserie sobre una famosa y controvertida transexual de los años 90 conocida como "la Veneno". Una serie inspirada en las memorias oficiales de Cristina Ortiz, "la Veneno", tituladas "¡Digo! Ni puta ni santa", escritas por Valeria Vegas, que cuenta la historia de la realidad transexual en España desde los años 60 hasta la actualidad. Cuando la autora del libro, Valeria, era una niña pequeña, nunca ... [+]
25 de octubre de 2020
22 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo bueno de la mini-serie es que la producción no es la típica de las cadenas de televisión, aunque la oferta cada vez es más variada así que no sé si es acertado el comentario. En la parte positiva, se deja ver, entretiene, utiliza algunos recursos efectivos. Es recomendable sobre todo si te gustaba Paquita pero quieres un poco más de drama sin perder la esencia de "los Javis".
Recomiendo a los adoradores de los creadores o a quien le haya parecido una maravilla esta serie, que no sigan leyendo. Esta crítica no es en absoluto profesional ni objetiva y está basada en la opinión de nadie, pero todos tenemos derecho a opinar incluso en contra de la mayoría.
Desde el respeto de alguien que ha visto los 8 capítulos por gusto, debo, sin embargo, señalar las cuestiones que menos me gustan o incluso me molestan al rededor del mundo "los Javis" (sí, lo primero es esta falta de respeto a sí mismo al permitir/escoger la forma de ser llamados), la serie y lo que le rodea.
Los señores Ambrossi y Calvo merecerían todo mi respeto si reconociesen que su producción es de tipo B. Y para eso no es en absoluto necesario bajarse de la carroza de divo. Se puede ser divino de la muerte y reconocer que lo que hacen está diseñado desde la honestidad de saberse gente con cierto talento pero con mucho que aprender y una cierta carencia de la sensibilidad artística de los genios. Pero cuando vas por los platós de televisión vendiéndote con la imagen de las nuevas promesas del cine de autor y paradigma de la cultura del siglo XXI, estás sobrevalorándote. Por motivos obvios, los palmeros de los productores-guionistas-directores-actores-y-demás-profesiones, que los alaban como si fueran los nuevos (aquí el nombre de su aclamada y justamente reconocida director/a favorita), me producen desgana y frustración. Si consideras que son buenos porque son divertidos, porque tienen una narración interesante y que pueden llegar a las masas, ni un pero te pongo. Ahora, no me encumbre usted a quien hace producciones sensibleras, facilonas y que gustan, porque los índices de audiencia ya sabemos quien se los lleva en este país y no son precisamente programas cultos y merecedores de veneración.
Veneno es todo lo que no debería ser un homenaje o una reivindicación del colectivo LGTB+. Es cobarde con todas las partes, no mojándose ni con unos ni con otros excepto con la protagonista. Aquí es donde sobra cera y peloteo. Porque, no se confundan, Veneno no es la historia de Cristina, si no la de Valeria Vegas. Yo comprendo que quieran agradecerle su aportación pero hacerle una serie a medida para encumbrarla, y diciendo esto desde el desconocimiento porque no he leído nada suyo, me resulta igual de desagradable que aquellos que encumbran a los creadores. Valoro la mediocridad. Estamos en esa época donde cualquiera puede ser encumbrado (véanse quienes ganan dinero en redes sociales) y tener un próspero momento económico y "triunfar". Pero lo valoro siempre que acepte la condición de mediocre con suerte.
Estos chicos algo de talento tienen para, por ejemplo, hacer el casting. Para contar con bastante acierto. Para utilizar recursos de media calidad. Lamentablemente la sensación es que son dos chicos que en la clase de literatura o teatro del instituto entendieron algunas cuestiones con brillantez pero que no se han formado en serio para avanzar unos cuantos pasos más.
La historia de Cristina es cobarde. No se atreven a criticar abiertamente pero tampoco a encumbrar la figura. Y son igual de tibios en todo. La mayoría de los recursos, aunque efectivos, son demasiado fáciles. Los mensajes no parecen perfilados o pensados con profundidad. Mencionar al "príncipe", por ejemplo. ¿Qué buscan? ¿Validarse como republicanos? ¿Unos señores gais, supuestamente defensores de la causa y orgullosos insinúan algo negativo en tener relaciones con una persona trans, con una puta o con una señora con pene? No le han dado muchas vueltas a este tema. Porque, lógicamente, alguien con aprecio a la corona pasaría por alto esta fantasía venenosa. Y hasta esta mención es cobarde. La pintan de fantasía pero la dejan caer. Eso sí, con todos los flancos cubiertos: no se dan datos de qué monarquía hablamos, si alguien entona una queja saltarán con el "¿qué hay de malo?". Pues chico, lo mismo que insinúas tú con una cierta homofobia o transfobia interna que es esa que tenemos (casi) todos los miembros del colectivo o el machismo que arrastramos las mujeres. La sociedad pesa.
De la cera y las críticas positivas (que más parecen publicidad), la que más me ha chirriado es la del señor vicepresidente del gobierno en twitter. Un uso para la campaña a favor del colectivo trans, que sí, tiene todo el valor, pero que están haciendo desde su grupo político sin la inteligencia y formación que caracteriza a su líder. Es un tema muy complejo que tiene muchas aristas y que sobre debe regir un control. Pero este es otro tema, en el que, la tibieza Ambrossi-Calvo no entra -como en nada profundo-.
El despropósito del funeral, ni lo menciono. Facilones. Lo que les decía. Efectivo. Como una pizza de un buen restaurante. Y a toda honra. Pero no me vayan ustedes de lo que no son. Háganse ese favor que el mundo ahora les beneficia y la gente necesita saber que es fantástico hacer bien las cosas aunque no seas el mejor.
Y el reparto, fenomenal en su mayoría.
Esquecendo
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