Me ha sorprendido, para mal, y producido una extraña melancolía, el comprobar el reducido número de críticas (número, que no valoración) que en esta plataforma de opinión tiene esta fabulosa joya de Henrry King, probablemente una de sus mejores obras maestras, porque dicha comprobación reconduce de forma inexorable a un inicuo olvido de lo que fue, para cualquier época, un cine maravilloso, de ese que no envejece con las décadas sino que por el contrario, parece ganar lozanía y belleza en cada visionado.

Dotada de una arrebatadora visión del tema romántico, que aquí se muestra en su forma más desatada, King nos presenta una postal, en realidad muy alejada, pese a sus ambientes, de cualquier alarde neorralista que se precie. Por el contrario, una extraordinaria fotografía de colorido blanco y negro, (Oxímoro, donde los haya que no es una errata) traslada al espectador, a una especie de arrebato onírico en la presencia de esos maravillosos tejados parisinos desde el mirador de una buhardilla, tal como podría haberlo hecho, con abuso del tecnicolor, un Walth Disney en su época más clásica.

King aborda el remake de la homónima de Frank Borzage, adaptando ambas la obra teatral de Austin Strong, con una solvencia sobrecogedora, dotando cada fotograma de apabullante belleza pictográfica, y eligiendo para completar la singladura, a un dúo impagable. James Stewart en un papel de enorme sensibilidad viril, y una Simone Simon, capaz de enamorar con cualquier gesto, por improvisado que fuere.

Bellísima, tanto por su planteamiento general, como por su renuncia a la "edulcoración gratuita, esta maravilla de King, apuesta por el amor más encendido y entregado y ala vez por la denuncia social más descarnada, en la que no falta la connotación religiosa servida con un gusto excelente en el "nihilismo" desengañado de Stewart y en su maravillosa "transición". Y en todo ello, la amenaza de la guerra de Europa, en un línea muy cercana a Hemingway, por su salvaje irrupción, frente al amor y la entrega.

Imprescindible y estelar testamento del Séptimo arte, a años luz de las idioteces "teenager" de Stephenie Meyer y otras de su calado. Aprendan.....