Me resulta casi una falta de respeto hacia mi mismo hacer la más mínima introspección crítica en este inenarrable engendro, pero, lamentablemente tengo una extraña compulsión por hacer, de alguna manera, que el tal Chema de la Peña me las pague todas juntas, y no encuentro otra válvula de escape (la pluma siempre vence a la espada, decía cierto autor.) Y en esta tesitura ,vengar hasta cierto punto a todos los seguidores de los ACDC, entre los que me encuentro, que se hayan podido sentir ofendidos. ( con más razón que un santo)

La intrusión de estos dos infumables fascistas, vestidos de cueros mugrosos, en una facultad, para soltar sus exabruptos, avasallar a la gente, y sacarse la chorra, podrá resultar muy divertida para la mente "siniestramente" infantil del susodicho, pero me temo, que incluso para un público poco exigente, sea necesario algo con más sustancia a los efectos de despertar su hilaridad.

Traspasada por alardes casi infrahumanos, de caspa, miseria expositiva, y con el inserto (mala cosa para la civilización) de secuencias de vergonzoso machismo, en su línea más vilmente pútrida, esta película ( por llamarla de algún modo) no es una semblanza de los escenarios vitales del rock (Dios nos libre) ni siquiera de sus cuartos oscuros. Es sólo una bazofia de visión tan corta de miras, como rácana, y que en su humor zafio, esconde, en el fondo los más bajos prejuicios. ( No deja de sorprender el subvencionismo para un film en el que sus autores hacen mofa y befa en secuencias que literalmente muestran la violación explícita de una mujer, no muchos años antes de la condena de "manadas" y otras "greys" de las cuales forman parte estos dos protagonistas.

Jamás perdonaré a este impresentable, lo que ha hecho con el personaje de Ana Risueño, una actriz de la que siempre he estado enamorado. También me costará perdonarle a ella su presencia en este pergueño infumable. Lo voy a decir muy claro, y me importa un bledo si a cuatro o cinco gilipollas les parece mal: por muy actriz que se pretenda ser, una mujer que se respeta a si misma no se presta a ciertas cosas. Vale.