Un grupo de policías corruptos ira a vengar la muerte de uno de los suyos a la guarida de un gangster, donde se desencadena un cruento enfrentamiento que deparará diversas sorpresas.
Nos encontramos ante una nueva hornada del obsoleto género de los zombis, que presenta diversas similitudes con Asalto a la comisaría del distrito 13.
Lejos de aportar algo nuevo al género, se limita a seguir explotando las ideas y situaciones empleadas en otras películas de este género, aportando un toque más contundente y gore en las secuencias de acción.
No llega a presentar ni a desarrollar con claridad a ninguno de los personajes, el argumento se limita a reunir a un grupo de policías corruptos y unos mafiosos en un recinto que se ve asediado por un numeroso grupo de zombis.
Destacan algunas secuencias que presentan enfrentamientos mano a mano, en las que cualquier objeto se puede convertir en un arma letal.
Es como un puré, colocas a los personajes en un mismo recinto, les añades unos cuantos zombis, echamos unos cuantos litros sangre y ponemos en marcha la batidora, obteniendo como resultado esta película, que resulta previsible y demuestra que el genero zombie se encuentra en horas bajas y obsoleto.