Atiborrados de comedias baratas, de escenas caricaturescas, de humor escatológico, de romances metidos con calzador, de estereotipos que ya aburren (Típico ejemplo de la pareja de amigos del protagonista), hoy día lo que nos suele atraer más son aquellas ideas que se desmarcan del resto: películas de comedia bien llevadas, que sean coherentes, que nos ofrezcan nuevas formas de reírnos y divertirnos y de llenarnos (Objetivo que es , en mi humilde opinión, el más difícil de conseguir en el género de la comedia). El problema es cuando sacas un producto que has visto un millón de veces, le pones otra ambientación, otros nombres, otros medios...pero en el fondo estas contando una historia con la misma base, mismo desarrollo y mismo desenlace. Los estereotipos por supuesto están incluidos, a saber: la mujer del protagonista que es una santa y es quién mantiene la cabeza siempre en su sitio; los amigos locos que en el fondo son cachos de pan, el jefe que seduce a la pareja, la familia que aparece para crear tensión, y final apoteósico en el que el planteamiento de que el protagonista se hace rico de la noche a la mañana sobra, lo importante es que la pareja protagonista se reconcilia y triunfa el amor. Ya está. Moraleja explicadísima.
¿Por qué realmente le pongo el aprobado? Es innegable que el actor protagonista (Un desconocido para mí) es majete y llega a caerte bien, que la ambientación asturiana le aporta frescura (Rodada de hecho allí) y que las apariciones de algunos actores cumplen y enriquecen (Ese Resines impagable). Y es innegable que hay alguna que otra escena que me ha provocado carcajada (Que es lo que principalmente busco). Pero mi decepción es mayúscula cuando veo que una idea y un planteamiento de comedia realmente atrayentes se tiran por la borda para cambiar la película y convertirla en una comedia del género romántico "pastelada", otra de las miles que hay ya (Y cientos de ellas mejores que esta). Una auténtica pena. Si quereis ver una comedia sobre la dinámica "Dinero/Poder" que de verdad os produzca carcajadas, podeis coger por ejemplo "El gran despilfarro" con Richard Pryor y John Candy (Y ojo, que no lo digo por ser pro-hollywood ni "anti-español"). No se trata de donde venga el cine, sino hacia donde se dirija.