Los Coen nos ofrecen quizá, la más disparatada, rara y curiosa de sus comedias con “El gran Lebowski”, sin duda una de las cintas más atípicas de la historia del cine gracias a todo el aura que la rodea.

Para empezar, la película goza de una historia de lo más políticamente incorrecta e inverosímil que sabe atrapar des de el primer instante. Uno se preguntará sí realmente tiene sentido alguno la curiosa trama que está siguiendo, pero se verá atrapado a seguirla sin remedio. Por otro lado, la película cuenta con un plantel de personajes de lo más atípico, extraño y original. Cada uno de los personajes tienen unos matices y unos rasgos que los hacen únicos y la gran labor de los actores ya ponen el resto con su personalidad y sus desbordantes, inverosímiles y tronchantes diálogos.

La película ofrece una sátira muy grotesca y totalmente caricaturizada de la sociedad y de los miembros de los diferentes estamentos que la componen llegando por momentos a rozar la máxima y extrema exageración. Los Coen consiguieron con este film partir de una sencilla premisa y convertirla en una historia de lo más disparatada que hasta es probable que no sea del gusto de todos, hecho totalmente fehaciente de que se trata de una cinta que su realización únicamente la podían realizar los Coen.

Por si fuera poco, la película goza de una gran banda sonora y de una exquisita y original fotografía que complementan muy bien el atípico mundo que nos presentan estos directores. Esta sea quizá la obra más disparatada y extraña de los Coen por su peculiar historia y por los personajes que la acompañan, nutrida de situaciones y diálogos totalmente inverosímiles, pero, ¿Des de cuando eso es malo? Me gustaría también destacar las grandes actuaciones de Jeff Bridges, John Goodman, Julianne Moore y de Steve Buscemi, pues construyen unos personajes inolvidables.