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Voto de lyncheano:
6
5.4
30,242
Terror
Paxton y Josh, dos jóvenes universitarios norteamericanos, recorren Europa con sus mochilas y con Oli, un islandés que se les une por el camino. En Amsterdam conocen a un joven que les dice que en cierto lugar de Eslovaquia están las chicas más guapas que puedan imaginar. Así que los tres viajan en tren hasta Eslovaquia, donde conocen a Natalya y Svetlana, dos exóticas bellezas por las que se dejan atraer para acabar atrapados en un ... [+]
29 de noviembre de 2007
73 de 90 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eli Roth concibe su película como una extraña suerte de ejercicio deportivo liberador de toxinas, tan próximo en su lúdica razón de ser a la trama de la propia cinta, que asusta. Quiero decir que los personajes que presenta, droga, hace follar y ser follados, descuartizar y ser descuartizados, son meros clichés cuya personalidad aparece en todo momento subyugada a un montón de tontas etiquetas que, por otro lado, resultan necesarias para que podamos divertirnos con la película sin tomárnosla demasiado en serio (algo que sería, además de un error, una verdadera pérdida de tiempo). Pero son estereotipos con carne. Y la carne se puede ver y tocar, ser fuente y receptor de placer orgásmico, colmar nuestras ansias de estética apolínea, ser cortada y mutilada, vejada, acribillada, desprendida de su soporte espiritual y puesta en plato de fría (o caliente) venganza. Durante más de la mitad de la cinta asistimos a una búsqueda de sexo y emociones carnales varias por parte de tres tipos más tontos y simplones que mis gónadas, amparados en la legitimidad que les otorga un montón de pasta gansa y el carnet de ciudadanía norteamericana (aunque uno de ellos es un salido islandés que lo mismo se tiraría a su hermana que a su propia madre). La trama evoluciona hasta la ya famosa y sobrevalorada vorágine de casquería en la que destacan un par de escenas especialmente potativas que, en última instancia, parecen ser la única y -como decía antes, méramente lúdica- intención y razón de ser del film. Roth presenta una Europa medieval en la que, más allá de Holanda, las ciudades son poco más que idílicos parajes de insólita belleza mafiosamente gobernados por tétricas pandillas callejeras de niños pequeños, donde esperan un buen puñado de morochas dispuestas a frotarse y dejarse frotar, para después hacer negocio con tus mollejas a cambio de dinero y una especie de oscuro deleite consistente en ver sufrir y descuartizar a seres humanos como si de animales de caza mayor se tratara.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Es en este contexto donde se puede analizar la película desde dos puntos de vista distintos y complementarios: véase su afán por querer mostrarnos a americanos en peligro fuera de sus fronteras, que son presas fáciles fuera de su entorno, pero que sin embargo son las piezas más codiciadas en el mercado exterior, y acaban por vengar su orgullo de la misma manera que fue pisoteado (o mejor dicho, triturado) por aquellos a quienes podríamos considerar ''los malos de la peli'' (¿grotesca sátira política, o demasiado complicado para alquien que sólo pretendía pasar un buen rato viendo entrañas y apéndices cercenados en una pantalla de cine?). El caso es que, desde la otra perspectiva, contemplamos esta grotesca práctica de millonarios como un sucedáneo de lo que esos mismos niñatos americanos pretendían hacer con su propio dinero: ellos querían follar bien y barato, comprando con dinero a quienes están debajo de ellos en su particular escalafón social, por la simple razón de que lo que más les gusta en esta vida es follar; de la misma manera que esos personajes adinerados compran vidas humanas para poder hacer pedacitos a su antojo a quienes están a su vez, por debajo de ellos dentro de su correspondiente escalafón social. ¿Por qué?, pues llanamente porque ya se han cansado de follar. Porque el sexo ya no les reporta placer alguno y necesitan otorgarse placer erótico de alguna otra forma. Y como se pueden permitir hacer esto, y les resulta nuevo y excitante, pues lo hacen. Sin consecuencias más allá de las mismas que pudieran afrontar quienes ''violan'' niñas en Vietnam porque pueden pagarlo. Esto que escribo es duro, pero creo que por ahí van los tiros de una película que, de otra forma, sería ridícula e innecesaria. La tiranía del hombre no reside tanto en aquello que podría estar decididamente mal, como en el hecho globalmente aceptado de poder separar tanto como se quiera esos límites del mal, llevándolos al terreno del mercado en el que rigen otras reglas que apenas se han cruzado una mirada de soslayo con la huidiza y esquiva moral humana.