El final "oficial" de "Prison break" concluía con un extraño "cuatro años después". ¿Por qué? La respuesta está en este doble capítulo especial, probablemente ideado para estreno en cine como ha ocurrido con otras series de éxito, pero que a causa de la crisis pudo quedar relegado finalmente a la TV (bueno, ésta es una teoría personal).
Después de ver ese desenlace de la serie, me di cuenta de que todo no había terminado. Sabíamos qué había pasado con todos los personajes, salvo con uno que había adquirido importancia a medida que la derrota se cernía sobre la Compañía: Gretchen. Un as que los guionistas se habían guardado en la manga para conocer su paradero a través de este especial, el cual comprende parte de esos cuatro años anteriores "ocultos". Ahí empezaba a tener sentido que al final "oficial" le faltara un epílogo.
Un epílogo que ciertamente está muy forzado para conseguir que todos los personajes - héroes y villanos - vuelvan a coincidir y se vean obligados a colaborar de nuevo. Habrá quién pensará que es "rizar el rizo", como titulo mi crítica, aparte de presentar muchos arquetipos de películas carcelarias. Es verdad, pero también lo es que en este especial todavía nos llevamos alguna sorpresa (ver spoiler) y que, en conjunto, es un largo episodio emocionante, tenso e incluso emotivo.
No se puede considerar que esté por debajo de la nota media de la serie a lo largo de todas sus temporadas, pues en menos de hora y media logra mantener su nivel y esencia. Además, es la última oportunidad de disfrutar con el ingenio de Scofield, los mensajes en clave y las dobles intenciones en un "más difícil todavía".