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España España · Madrid
Voto de jita:
8
Western Personajes muy variopintos emprenden un largo, duro y peligroso viaje en diligencia. Entre ellos, un fuera de la ley en busca de venganza, una prostituta a la que han echado del pueblo, un jugador, un médico, la mujer embarazada de un militar, un sheriff. Las relaciones entre ellos serán difíciles y tensas. Además, durante el viaje, tendrán que afrontar el ataque de una partida de indios apaches. (FILMAFFINITY)
2 de febrero de 2013
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que nunca he sido fan de los westerns. Sin embargo a mi tía le encantaban. Venía muy de vez en cuando del pueblo a visitarnos y justo después de comer se sentaba en el sofá, cogía el mando y ponía Telemadrid. Supongo que cuando uno vive en un pueblo pequeño y tiene poco que hacer, acaba poniendo la tele y se aficiona a algo. A veces era “la novela” (como ella dice) otras veces tocaba peli del Oeste.

Recuerdo que le decía:

“Pero tía, ¿qué haces viendo una peli de vaqueros?, si tiene más años que tu”

a lo que ella contestaba:

“Tu ven a verla y ya verás”

Yo como cualquier chaval de 15 o 16 años pues gastaba el tiempo estudiando, jugando al fútbol con los amigos o jugando a la consola”. Pues bien, después de ver bastantes westerns he entendido lo que me quería decir. Y con “La diligencia” es el momento de reconocer: “Tenías razón” (cuando vaya al pueblo se lo diré).


“La diligencia” son palabras mayores. Quizás el primer gran western de la historia del cine. Hubo muchos antes, el mítico corto “Asalto y robo de un tren”, “El rey de los cowboys” de Buster Keaton u otras obras de Cecil B. deMille, Henry King o del mismo Ford. Sin embargo “La diligencia” fue un punto de inflexión por muchos factores que uno se da cuenta cuando la ve.

Técnicamente vemos el sello de Ford. Espectaculares planos panorámicos, los mismos que años después (ya en Technicolor y grabados en panavisión) deslumbraron y siguen deslumbrando en “Centauros del Desierto”. Muestra como nadie la amplitud del desierto. Y también muestra como nadie los espacios pequeños, en este caso los recovecos de la diligencia. Es increíble los encuadres que saca en un espacio tan reducido. Y aquí entra en escena José Luis Garci y su programa “Querer de Cine”.

Hace unos meses vi en su programa precisamente “Centauros del desierto” y me gustó bastante. Al terminar el film, Garci y sus contertulios analizaron, como es costumbre, la película. Empezó a hablar de detalles en la dirección de Ford que sinceramente no me había dado cuenta viendo la película. Uno de ellos fueron los “encuadres”. Hizo referencia a una escena en la que muchos personajes estaban sentados en la mesa para comer (típico de Ford) y como fue capaz de colocar la cámara para que salieran todos perfectamente encuadrados. Fue francamente maravilloso entender aquello, detalles que el 90% de la gente pasaría por alto.

Otro sello marca de la casa es John Wayne. Garci decía algo así “No entiendo a la gente que dice que John Wayne no actúa bien porque no es muy expresivo. John Wayne actúa como nadie lo hace. John Wayne es pura presencia, su manera de coger y apuntar con el rifle, su forma de caminar o su estilo montando a caballo. Es un espectáculo”.
Le vemos aparecer en pantalla con un gran plano (el zoom acercándose y jugando con el desenfoque) joven y radiante. Después veremos su caballerosidad, su valor y su honor.

No cabe duda, “Tenías razón Garci”.

A partir de ahí se desata el talento de Ford, su inconfundible lirismo nos emociona y su sentido del humor facilita el desarrollo. En “Las uvas de la ira” y en “Que verde era mi valle” nos hace llorar con las penurias de la vida y el trabajo y la unión familiar. En “Centauros del desierto” nos maravilla como trata el tema del racismo y el perdón. Inolvidable escena de Wayne y la malograda Natalie Wood. Aquí son muchos los valores que enseña. La caballerosidad hacia las mujeres, a no tener prejuicios con la gente, a tratarla como nos tratan a nosotros y no por lo que han hecho o dicen que han hecho (admirable el personaje de Claire Trevor), el respeto entre hombres de honor o la reprimenda a los que priman el dinero por delante de todo (el banquero). El cual dice:

“Lo que necesita el país es un hombre de negocios como presidente”

Ford, nos hace reír varias veces con un personaje peculiar como siempre hace. En esta ocasión es un médico con problemas con el alcohol (espectacular Thomas Mitchell) y que responde así al banquero:

“Lo que necesita el país son más cogorzas”.

Enorme Ford, enorme. Lo que necesita un país como España es el cine educativo, progresista y social que hacía Ford.

Y como todo western tiene sus escenas de acción. Ford la deja casi para el final y nos deleita con una frenética batalla grabada al galope. Otro repertorio de planos y una grandísima secuencia en la que Wayne salta entre los caballos. Mencionar también el gran trabajo de los especialistas en las caídas y una buena B.S.O.

¿El final?. Si juntamos todo lo anterior solo podía salir ese. Aquí entra Orson Welles.

Una vez le preguntaron:

- ¿Cuáles son sus tres directores favoritos?

A lo que respondió:

- “Ford, Ford y Ford”

Yo diría “Chaplin, Ford y Billy Wilder” (con permiso de Hitchcock) pero entiendo lo que quería decir. Su forma de hacer poesía con la cámara marcó un antes y un después. Precisamente “La Diligencia” le sirvió a Welles de inspiración para “Ciudadano Kane”.

Tenías razón Orson. Teníais razón los tres.

(Dedicada a mi tía, a mi amigo Xurxo y a todos aquellos que aman los westerns).


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jita
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