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Voto de Joan Ramirez:
7
Intriga. Drama En apariencia, Rynn Jacobs es una encantadora jovencita de trece años que vive con su padre en un chalet, junto al sendero de un pueblecito de la costa norteamericana. Pero las apariencias pueden resultar engañosas: hace ya meses que nadie ve al señor Jacobs; da la impresión que la casa esconde algún secreto inconfesable; Rynn lleva una vida casi de presidiaria, saliendo en muy contadas y necesarias ocasiones. Se trata de una extraña ... [+]
6 de octubre de 2011
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
UNA FÁBULA MUY SEVENTIES

Los niños que actúan bien son realmente desconcertantes. Esto quizás sea por la inocencia que se les supone, toda vez que un actor no deja de ser un profesional de la mentira. Mi desconcierto crece –o, mejor dicho, se basa- en los que interpretan papeles trágicos, ya que, en roles alegres, los niños juegan más que otra cosa (la mayoría de ustedes ya sabe que en ingles “jugar” e “interpretar” se dice del mismo modo). En el caso que nos ocupa la estrella es Jodie Foster y sólo por ella y por su actuación hay que ver la película, sin que por ello desmerezca el papel de Martin Sheen.

La Muchacha del Sendero es una película “rara”, poco conocida, de esas que daba gusto descubrir por casualidad en emisiones televisivas de madrugada, cuando aún no había Internet y las cadenas privadas se esforzaban en emitir obras con derechos irrisorios.

Jodie Foster aparece aquí en el año de su debut como actriz, no sé si antes o después del rodaje de Taxi Driver, en el que ya saben que tiene un breve papel como prostituta. Su actuación es sobria, y de su seriedad emana ternura, miedo, soledad, inocencia. Un pequeño recital que presagiaba su interesante carrera.

Lo único un poco desconcertante es que el cine de los setenta, a mi entender, podía llegar a ser bastante descarnado, y la Foster, cuyo papel en este film tiene un poco de Pipi Langstrum, acaba apareciendo desnuda en una trama en que la pederastia es uno de los motivos de la trama. A su vez, la historia tiene leves tintes de hipismo con los que la excesiva juventud de la protagonista no cuadra. Se habla de marihuana, de viajes a Marruecos, se presentan chilabas pseudo eróticas muy de la época... algo chirriantes con la recién estrenada nubilidad de la Jodie Foster de 1976.

Al hilo de lo que antes decía, me parece a mí que en los setenta el cine alcanzó unas cotas de realismo no superadas, tendencia que después abandonó en aras de soluciones más aparatosas, endulzadas, o efectistas. Es un tema que da para debatir. Con todo, ahí queda el cine de desastres, de canibalismo, de intriga política, de espías... con un tratamiento desnudo que después se perdió.

En fin, pasen y vean a esta ricitos de oro que se alisó el pelo, en la casita que es su mundo, viviendo sobre un sótano cargado de macabros secretos, sobreviviendo al lobo que llama a su puerta y encontrando… sí… el amor.

La música de Chopin que acompaña el metraje, un placer. La fotografía de los interiores, no tanto.

Veredicto: recomendable.
Joan Ramirez
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