Lo único positivo que puedo decir de esta secuela es que visualmente, sobre todo en cuanto a la calidad de los efectos especiales, es sin dudas la mejor, con una calidad de imagen impresionante que se destaca como nunca en primeros planos y escenas de acción.

Pero ahí termina lo bueno, con un guion abarrotado de chistes como las anteriores entregas, pero de baja calidad y sobre todo, ejecutados sin timing ni gracia por parte de los actores de voces (todos muy flojos, pero especialmente malos los dos protagonistas: Justin Theroux y el casi siempre lamentable Dave Franco), que no logran dar vida a personajes lamentables.

La historia se hace aburrida desde el principio (crimen para el género), nunca levanta el ritmo (al contrario, se va perdiendo cuando se intenta conseguir "profundidad") y tampoco tiene el ingenio meta que copia sin sentido de la primera Lego. Si a todo esto se suma lo ya dicho: que los chistes no funcionan; la acción no destaca más allá de alguna secuencia aislada; y que los actores de voces no tienen gracia en sus performances, se obtiene como resultado un producto soporífero e insoportable.