Una de esas películas que se basan casi exclusivamente en la capacidad del actor protagonista y en la precisión del guion, para llevarnos en un tenso viaje en el que la historia y sus detalles se van conociendo de manera continua y natural.

Entre las muchísimas películas de este estilo, la que se me vino a la cabeza es "Locke", de Tom Hardy, que se desarrolla por completo en el interior del auto del protagonista. Como en aquella, tenemos a un personaje con una historia por conocer que lo muestra lleno de culpa y sentimientos encontrados, que se irán desvelando sobre el final.

Si bien Jake Gyllenhaal lo hace bien como el emocionalmente inestable policía que intenta ayudar a una mujer en problemas, mientras cumple con una momentánea democión atendiendo llamadas al 911, me dio la sensación que lo he visto mejor en otras oportunidades. El twist funcionó conmigo, y al ser corta y sin excesos, se me hizo muy entretenida. Un buen, y simple, thriller.