Personalmente no creo que el objetivo de la película sea demostrar lo patéticas que son las mujeres de 40 años sin marido. Primero, porque no se incide en eso para nada; y segundo, porque sería una verdadera patraña.
Tampoco creo que haya que reducir todas las críticas al lado histriónico del feminismo radical para poder utilizar la palabra vagina de forma gratuíta, como parece ser cierta tendencia que siempre verá subyugada a las mujeres: en este caso porque sólo son muñequitas con zapatos de 500 dólares, un piso en Park Avenue y su mayor preocupación es cenar en el restaurante de moda.
Pues bien, creo que ese no es en absoluto el punto de vista de la película, si no más bien el demostrar como 4 mujeres que lo tienen todo -al menos todo lo evidente- pueden seguir insatisfechas. ¿Y quién no?
Si a alguien le gustó la serie de verdad le gustará le película -que sí, es cierto, es larga- y si no, en vez de Manolo, siempre les quedará Jimmy Choo.