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España España · Valencia
Voto de Rubiolvera:
8
Comedia. Drama. Fantástico. Romance Stephane (García Bernal), un joven diseñador mexicano tímido e introvertido, es hasta tal punto cautivo de sus propios sueños que a duras penas controla su imaginación, que amenaza con imponerse al mundo real. Su madre, que es francesa, le ofrece un trabajo y lo convence para que vuelva a París. Su decepción es grande cuando comprueba que se trata de un trabajo rutinario en una pequeña oficina que comparte con tres singulares ... [+]
18 de julio de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La timidez es la desconfianza del amor propio, que deseando agradar teme no conseguirlo.”

Aunque es verdad que el asunto de los sueños toma un papel muy importante en esta película, ya que le proporciona la estética y el telón de fondo, hay que comentar que también trata otro tema destacable como es la introversión social. Un rasgo que acompañará al personaje principal a lo largo del film y que estará interpretado por Gael García, que en diferencia, rompe con el mito peliculero de “gafotas” enclenques o con sobrepeso, y dará una visión más funcional de los defectos y las virtudes de alguien con esta característica social.

Y resulta curioso, porque entrando un poco en las diferencias, entre la gente introvertida y extrovertida, encontraremos una descripción total de los personajes de esta película. Con este aspecto Stephane (García Bernal) y su vecina Stephanie (Charlotte Gainsbourg), entrarían en el grupo de los introvertidos. Porque lo distintivo de ser introvertido es que los intereses emocionales estén dirigidos al mundo interior -jardín de los sueños-; vivir con los pensamientos, replegándose en sí mismos y teniendo como preferencias: la imaginación subjetiva, la abstracción y la creación. Por la otra parte, tenemos a los extrovertidos cuya tendencia es a abrirse al mundo exterior, siendo más sociables y respondiendo rápidamente a los sentimientos de una manera espontánea. En la película son extrovertidos: Zoe la amiga de Stephanie y Guy el compañero de Stephane.

Hay escenas, las oníricas, que me recuerdan cuando de niño veía “la Bola de Cristal” y hacían esas historietas con marionetas y stop motion. Esto le da a la película unos aromas juveniles de tintes alternativos que, junto a la sincera historia de amor entre los protagonistas, produce un resultado un tanto fresco y algo dulzón.

En resumen, como me toca más de cerca, me gustó más el matiz introvertido del personaje que el aspecto surrealista; ya que algunas veces costaba separar el mundo real del onírico y esto hacía que el personaje rozara la locura, algo que me molestaba un poco. Pero en general la película es muy recomendable gracias, sobre todo, a la atractiva textura de los personajes y la arriesgada puesta en escena.
Rubiolvera
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