Supongo que es la mejor manera de describirlo. Es cierto que este Stand Up Comedy se distingue de todos los anteriores hasta el momento, sin embargo no creo que esto automáticamente la convierta en una obra maestra como algunos se atreven a afirmar.

La dinámica del monólogo esta muy bien construida y consigue la atención del espectador en todo momento, en parte por la equilibrada manera de tratar un tema triste e incómodo, pero a la vez por estar siendo contado sobre un escenario al que generalmente se acude con sed de carcajadas.

Dicho esto me parece que Hannah Gadsby peca de atacar demasiado al concepto de la comedia. Por supuesto que nadie debería hacerse pasar a sí mismo un momento difícil simplemente por entretener. Sin embargo, teniendo en cuenta que el monólogo es posiblemente el formato más personal posible, achacar ciertos traumas a la forma de realizar comedia de forma tradicional, obviando que en cierto punto se tomó libremente la decisión de banalizar una experiencia propia, me parece una forma en parte injusta y demasiado absolutista de emplazar la responsabilidad de estos traumas.