Pues sí, con esta serie al menos podemos decir que la industria española no es tan mala, al menos La Casa de Papel es una excepción.
Que tiene sus fallos, claro, pero me quedo con las cosas buenas, que son muchas.
La idea además de buena, es original donde las haya.

Un grupo de atracadores con todo planeado por el profesor, entran en la fábrica de moneda y timbre. Con la norma principal de no matar a nadie.
¿Que todos los planes fallan? Pues sí, pero ahí está el profesor para tenerlo todo bajo control.

Una serie no de diez, pero que poco tiene que envidiar a otras muchas.