West Side Story está dirigida por Steven Spielberg con mucho mimo y cariño. Versión del musical de éxito de Broadway y de la gran pantalla que en 1960 se llevó nada menos que 10 estatuillas. La historia no es nada del otro mundo, pues Tony y Maria (Ansel Elgort y Rachel Zegler) pertenecen a los Jets y a los Sharks, pandilleros nativos y puertorriqueños cuyos líderes (Mike Faist y David Alvarez) andan a la gresca por controlar un barrio del que todo el mundo quiere salir para poder prosperar. Una historia de antes que todavía sigue vigente, pues por desgracia el racismo sigue imperando en norteamérica.

La historia es la misma que hace 60 años pero, sin embargo, la técnica es otra. Las coreografías, el vestuario, la fotografía, etc., todo está a un gran nivel, algo que Steven Spielberg siempre consigue. En cuanto a las interpretaciones, también tenemos a Ariana Debose (novia del líder de los Shark puertorriqueño) y a Rita Moreno como dueña de la tienda que acoge y da trabajo al joven Tony. Sí, la misma que ganó el Oscar hace 60 años tiene también su papel en la obra. Las voces, sobre todo la de Rachel Zegler son preciosas, y los movimientos de cámara, los bailes en la pista del colegio, en la calle, etc., son realmente espectaculares, por no hablar ya del vestuario de la época, muy auténtico y de premio.

En definitiva, WEST SIDE STORY es un gran musical y, como tal, hay que tomarlo por lo que es. Su historia ha envejecido, sí, pero habla de lo misimo de siempre y se mantiene actual. Es una gran historia de amor y hay que tomarla con las licencias que merece, pues viene del teatro. No busquéis realismo, buscad espectacularidad, ritmos, voces y música que marcó una época y que seguro os sonará. Si es así, todo irá bien. No os la perdáis.