La terrible situación de Alzheimer que atraviesa el padre de Nader le obliga a cancelar el traslado a otro país que ya tenía previsto con su mujer, Simin. Sin embargo, ésta no da marcha atrás, y pide el divorcio a su marido para poder ser libre e irse de casa. Esta separación acarreará más problemas de los esperados a ambos, a su hija, y en general a todos los personajes que pululan por la cinta. Sin embargo, hay una persona que agradecerá profundamente esta ruptura: el espectador.

Resulta increíble a la par que extraordinario que algo tan típico en el séptimo arte como un divorcio pueda dar dos horas de muy buen cine. Porque A Separation no da tregua ninguna, no hay un momento en que el espectador pueda diluirse del contenido de la obra. Todo tiene sentido, todo encaja en esta magnífica película. Incluso aquellos que poseen una perspectiva más crítica respecto al cine iraní reconocerán el mérito de Farhadi a la hora de plantear esta obra.

Una dirección sencilla, un guión sólido y unas actuaciones aplastantemente creíbles y poderosas dan crédito del mimo con que se ha desarrollado A Separation. No resulta extraño que se hayan ocasionado serios problemas respecto de la censura iraní, en tanto que la obra de Farhadi esconde una profunda crítica al sistema familiar, social y judicial del país islámico. Se trata de una película perfectamente posible de realizar en el mundo occidental (de hecho, no pecaríamos de atrevidos al pronosticar que en un par de años habrá un remake estadounidense en marcha), pero el excelso resultado obtenido con esta cinta sería casi imposible de repetirlo.

Da que pensar que A Separation no haya tenido apenas presencia en las galas del cine occidental, más allá de los previsibles premios a la mejor película de habla no inglesa. Más demoledores son aún los datos de recaudación que, a pesar de cumplir de sobra con lo previsto, no alcanzan ni de broma las cifras de otros dramas familiares mucho más empalagosos y sin duda mejorables, pero eso sí, con guapas estrellitas hollywoodienses de protagonistas. En A Separation no hay ni el más mínimo rastro de belleza; se deja paso al verdadero cine, que pondera la racionalidad y la emoción como pocos han conseguido en estos últimos años. En los albores de un incierto futuro, los iraníes han ganado la primera batalla.