"O, de obstinado..." Ay, qué romántico. Todas aman al científico cegado porque si no usas anteojos, no eres inteligente. Las gafas te van a distinguir de la gente de pocas luces, como Sofi, cuya única virtud es tener lindos ojos.
Michael Pitt podría perfectamente haber interpretado el papel sin necesidad de hacerlo parecer el típico nerd miope, de cabello grasoso y mal gusto a la hora de escoger su atuendo... que eso es más de teen movie de high school que de una película de "ciencia ficción". Y es gracioso porque cuando le asignan a su ayudante de laboratorio, la chica es bella pero usa lentes, o sea, es igual de inteligente que el protagonista.

Ok, sin ser yo la presidenta del club de fans de la Ciencia Ficción, creo honestamente que es uno de los géneros más maltratados en los últimos años. Cualquiera juega a ser Kubrick y le sale mal. Por lo visto, el guionista y director Mike Cahill se decanta por el género y aquí lo hace de nuevo. Algunos opinan que la cinta parte de una premisa interesante y de ahí en más, las opiniones están divididas. No voy a decir el típico "o la amas o la odias", porque tampoco es que se trate de un producto que levante pasiones. Pero bueno, tiene sus seguidores.
El dilema ciencia y fe, algo ya re contra visto. El amor como el motivo que realmente mueve al protagonista para hacer algo, lo que sea, y si la ciencia ficción me resulta poco estimulante, menos llamativa se me hace cuando le agregan el componente romántico y salen títulos como: "Eternal Sunshine of the Spotless Mind" (Michel Gondry- 2004), "Her" (Spike Jonze- 2013), o "Passengers" (Morten Tyldum- 2016). Mis disculpas a quienes se ofendan, pero las detesto. Sin embargo un filme como "Coherence" (James Ward Byrkit- 2013) me resulta un ejercicio muy curioso con un guión bastante bien escrito e hilvanado, sin ser una obra maestra ni nada espectacular. Pero ya que hablamos de cine indie, es una buena recomendación.

I Origins está dividida en dos fragmentos bien diferenciados que no terminan de cuajar ninguno de los dos. En la primera parte conocemos a los personajes, incluido el chico que comparte el departamento con Ian (Michael Pitt), que no es relevante hasta que tiene que serlo. A la aprendiz o lo que sea que trabaja con el prota y que se ve venir el papel que va a jugar conforme avance la trama, y el interés romántico de los ojos únicos que es la tal Sofi. La historia de amor es más bien un affaire muy apasionado donde lo único que prima es el sexo, ya que, el libreto te muestra en más de una ocasión que Ian no comparte ninguna de las filosofías de vida de la chica. Ella es sumamente espiritual y seguro que su novela favorita es "Comer, rezar, amar", y él descarta todo aquello que no tenga sustento científico. En este punto yo estoy más del lado de Ian pero bueno. En la segunda mitad han pasado siete años y la vida del personaje de Michael Pitt ha cambiado bastante. Ahora está casado y esperando un hijo.
No puedo contar más porque sería entrar en spoilers. Cahill se posiciona y hace que la audiencia se posicione también por lo que las dudas filosóficas que se supone que tenemos que tener, quedan resueltas así que no sé cuál es el juego tan rico que genera debate o algún tipo de inquietud existencial.

La dirección es escueta pero correcta. Si bien los movimientos de cámara son algo toscos que llegan a marear, la paleta de colores es cálida y pienso que transmite lo que el director busca transmitir. A mi no me ha emocionado en lo más mínimo ni me hizo reflexionar en nada. No diría que no la recomiendo, sino todo lo contrario. Quien no la haya visto, puede darle una oportunidad y sacar sus propias conclusiones.