"Birdman o (la inesperada virtud de la ignorancia)" de Alejandro González Iñárritu, es sencillamente genial. Por su montaje en continuos falsos planos secuencias, por el uso y conocimiento del espacio y escenarios de una manera que sólo se puede definir como virtuosa, al igual que el uso de la banda sonora (conocedora del medio cinematográfico y juguetona como pocas...) por la fuerza de las interpretaciones, por su guión sin fisuras y argumento existencialista y a la vez "banal" del mundo del espectáculo, siendo directo, desgarrador, y al mismo tiempo cómico y "simpático", hablando tanto de quienes hacen posible que soñemos (aunque vivan en una pesadilla) como de los que soñamos disfrutando de una buena obra de teatro, o una buena película en su más amplio sentido de la palabra (aunque sea de acción donde exploten cosas...).

Siendo en primera y última instancia una recreación maravillosa de todo el universo que rodea a la creación teatral, desde el propio teatro, pasando por los trabajadores de atrezo, o maquilladoras, hasta los abogados ante demandas sindicales.... y todo en un ritmo despiadado y al mismo tiempo calmado, con una cámara en continuo movimiento que hace que el espectador se sienta "voyeur", como un testigo que va sigiloso desde los pasillos hasta la propia mente y alma del actor protagonista, interpretado por Michael Keaton, el cual tiene una mención especial por su magnífica interpretación, la mejor en muchos años, sino de toda su carrera.

Lo dicho una obra brillante, recomendada especialmente para aquellos, como yo, que adoran la "pantomima", sea en una obra de teatro o en una sala de cine, sea de las llamadas "de culto" como las que llaman "palomiteras", en fin, quien aman el espectáculo y su mundo.