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Voto de Joaxbol:
6
7.1
92,108
Drama
Rocky Balboa es un desconocido boxeador a quien se le ofrece la posibilidad de pelear por el título mundial de los pesos pesados. Con una gran fuerza de voluntad, Rocky se prepara concienzudamente para el combate y también para los cambios que acabarán produciéndose en su vida. (FILMAFFINITY)
26 de julio de 2013
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es porque Sylvester Stallone estuviera detrás del guión. Tampoco por arrebatarle el Gran Premio a la que hoy en día es una de las más grandes obras cinematográficas consideradas de todos los tiempos (“Taxi Driver”). Ni mucho menos por sus consiguientes secuelas para exprimir la gallina dorada y convertirse posteriormente en una saga con fines meramente recaudatorios. “Rocky” puede considerarse una cinta inferior por repetir una fórmula tan desgastada como el peso de los personajes de la misma. Su etiqueta de película-para-óscar se puede ver en la precisión de su técnica, con travellings superpuestos y un clímax final por todo lo alto con su público efervescente. Todo muy sensacionalista, diréis. Sin embargo, la moralina made in Hollywood no hace eco de visibilidad, y precisamente por esa vuelta de tuerca, “Rocky” puede alardear de ser uno de los mayores golpes en pleno ring que consigue meterle al “país de las oportunidades”.
En un mundo de don nadies, un pueblo descuidado en donde la influencia social prima por sobre todo, Rocky es un luchador. Y los luchadores, como dice Rocky, sólo quieren serlo porque son tontos. Un hombre que toda su vida ha querido triunfar pero por más ayuda que pedía, esta nunca llegó, hasta el punto de resignarse a ser ese don nadie rodeado de más don nadies. Fracasados, jóvenes influenciados o borrachos que no se pueden proteger del frío por sí mismos. Un círculoso vicioso condenado a repetirse una y otra vez, de generación a generación (como podemos ver en el entrenador de Rocky y la escena con este en la que no se discute cara a cara).
Tras esta introducción, tenemos una segunda vía. Nuestro protagonista conoce a Adrian, una mujer tímida y reprimida a causa de los fracasos de su propio hermano que desata en ella la ira de esos conflictos. Pero Rocky actuará como el punto de inflexión en Adrian, saliendo de su profundo agujero negro a partir del contacto físico. Él no lo sabe del todo aún, pero a partir de ahí ya había logrado su verdadero triunfo. Ella exterioriza sus emociones y el contacto carnal por su parte es constante. En él las tortugas son reemplazadas por un perro más imponente y alegre: una personificación de su evolución a mejor afianzando la seguridad y confianza en sí mismo y sus logros. Rocky ya no es ni será más un chiste sin gracia.
Puestas las primeras cartas proseguimos al asalto final a golpe frío de la película hacia su propia nación con la presentación de Apolo. El boxeador por excelencia. Sus ideales quedan claros, "no hagas del boxeo una profesión". El resto son tonterías salidas de su boca para tener buena imagen. Con la bandera norteamericana como símbolo de su representación, será el objeto, deseo y concentración personal de Rocky: representativo del no privilegiado que con mucho sudor se esfuerza día a día para conseguir "ser alguien" en esa tierra de oportunidades. Tener éxito. Todo queda definido y más que instituido: Apolo es la Norteamérica que todos admiran mientras que el pueblo marginal, representado por Rocky, es el trabajador que se aferra a Apolo. Se les promete éxito pero en el fondo se burlan de sus capacidades mucho antes de conocerlas previamente: no importan esas cualidades porque al final es y siempre será para ellos un mero saco para ser golpeado y beneficiarse a su costa. Rocky sólo tuvo la suerte de luchar con Apolo porque el resto de su "clase privilegiada' se negó a luchar con él. Es consciente de ello y el contraste de sus golpes a cerdos ensangretados con Apolo no es mera coincidencia...
El final en el spoiler.
En un mundo de don nadies, un pueblo descuidado en donde la influencia social prima por sobre todo, Rocky es un luchador. Y los luchadores, como dice Rocky, sólo quieren serlo porque son tontos. Un hombre que toda su vida ha querido triunfar pero por más ayuda que pedía, esta nunca llegó, hasta el punto de resignarse a ser ese don nadie rodeado de más don nadies. Fracasados, jóvenes influenciados o borrachos que no se pueden proteger del frío por sí mismos. Un círculoso vicioso condenado a repetirse una y otra vez, de generación a generación (como podemos ver en el entrenador de Rocky y la escena con este en la que no se discute cara a cara).
Tras esta introducción, tenemos una segunda vía. Nuestro protagonista conoce a Adrian, una mujer tímida y reprimida a causa de los fracasos de su propio hermano que desata en ella la ira de esos conflictos. Pero Rocky actuará como el punto de inflexión en Adrian, saliendo de su profundo agujero negro a partir del contacto físico. Él no lo sabe del todo aún, pero a partir de ahí ya había logrado su verdadero triunfo. Ella exterioriza sus emociones y el contacto carnal por su parte es constante. En él las tortugas son reemplazadas por un perro más imponente y alegre: una personificación de su evolución a mejor afianzando la seguridad y confianza en sí mismo y sus logros. Rocky ya no es ni será más un chiste sin gracia.
Puestas las primeras cartas proseguimos al asalto final a golpe frío de la película hacia su propia nación con la presentación de Apolo. El boxeador por excelencia. Sus ideales quedan claros, "no hagas del boxeo una profesión". El resto son tonterías salidas de su boca para tener buena imagen. Con la bandera norteamericana como símbolo de su representación, será el objeto, deseo y concentración personal de Rocky: representativo del no privilegiado que con mucho sudor se esfuerza día a día para conseguir "ser alguien" en esa tierra de oportunidades. Tener éxito. Todo queda definido y más que instituido: Apolo es la Norteamérica que todos admiran mientras que el pueblo marginal, representado por Rocky, es el trabajador que se aferra a Apolo. Se les promete éxito pero en el fondo se burlan de sus capacidades mucho antes de conocerlas previamente: no importan esas cualidades porque al final es y siempre será para ellos un mero saco para ser golpeado y beneficiarse a su costa. Rocky sólo tuvo la suerte de luchar con Apolo porque el resto de su "clase privilegiada' se negó a luchar con él. Es consciente de ello y el contraste de sus golpes a cerdos ensangretados con Apolo no es mera coincidencia...
El final en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Para el desenlace podrían haber sucedido tres cosas:
1) Rocky gana el combate: el esfuerzo y sudor de uno tienen su éxito y recompensa final. Estados Unidos es realmente la tierra de las grandes oportunidades y como tal, uno con su empeño logrará lo que se proponga. ¡El capitalismo no tiene fallo alguno!
2) Apolo gana el combate. De ser así la película habría sido un terrible alegato a la superioridad de unos sobre otros. La impostura del privilegiado sobre el desfavorecido por los mismos. Hipocresía pura y dura que habría desprestigiado toda la cinta.
3) Y la que finalmente ocurrió: Rocky y Apolo llegan al último asalto sin caer definitivamente alguno al suelo. El jurado es el que decide finalmente quién triunfa y quién no. ¿Cuáles son sus fundamentos? Desconocidos e ignorados por todos los que están allí.Ni siquiera vemos sus caras. Como se prevé, es Apolo al que se le declara vencedor. Y aquí queda todo más claro: en el país de las oportunidades, puedes esforzarte, puedes llegar al último 'asalto' en tu carrera por la prosperidad y hasta puedes conseguir desengañarte de todo ese dominio social que te empuja a convencerte de que eres un fracaso... pero al final, si los de arriba -esos que se llaman "triunfadores"- no te quieren con ellos, no tienes mayor posibilidad que la de 'volver al sitio que te corresponde'.
Sin embargo, no todo es oscuro en esta mordaz crítica al sistema capitalista norteamericano. Está Adrian. Aquella que desde el principio no comprendía el por qué alguien querría ser boxeador. El por qué alguien podría querer estar en ese constante ring llamado capitalismo. Sí. Ella es la razón por la cual Rocky no se hundió a pesar de que el éxito no le fuera reconocido. Porque finalmente, el amor es ese triunfo verdadero y personal por el que se lucha. El que llena el 'vacío' constante que deja el 'invierno' del entorno y el que no se encuentra en aquel ring sangriento y eterno, sino atrás, escondido al fondo de todo un público manso que aplaude al mismo al que no podrán alcanzar (Apolo para los menos espabilados) y que en realidad ni se lo plantean porque, al fin y al cabo... son conscientes de ser... unos don nadie...
Lo mejor de todo es que a pesar de esta semicruda crítica al sistema de vida norteamericano, la misma le concedió tres óscars, entre los que se incluye el de mejor película. Un triunfo y golpe de ring del que al parecer, nadie se dio cuenta.
1) Rocky gana el combate: el esfuerzo y sudor de uno tienen su éxito y recompensa final. Estados Unidos es realmente la tierra de las grandes oportunidades y como tal, uno con su empeño logrará lo que se proponga. ¡El capitalismo no tiene fallo alguno!
2) Apolo gana el combate. De ser así la película habría sido un terrible alegato a la superioridad de unos sobre otros. La impostura del privilegiado sobre el desfavorecido por los mismos. Hipocresía pura y dura que habría desprestigiado toda la cinta.
3) Y la que finalmente ocurrió: Rocky y Apolo llegan al último asalto sin caer definitivamente alguno al suelo. El jurado es el que decide finalmente quién triunfa y quién no. ¿Cuáles son sus fundamentos? Desconocidos e ignorados por todos los que están allí.Ni siquiera vemos sus caras. Como se prevé, es Apolo al que se le declara vencedor. Y aquí queda todo más claro: en el país de las oportunidades, puedes esforzarte, puedes llegar al último 'asalto' en tu carrera por la prosperidad y hasta puedes conseguir desengañarte de todo ese dominio social que te empuja a convencerte de que eres un fracaso... pero al final, si los de arriba -esos que se llaman "triunfadores"- no te quieren con ellos, no tienes mayor posibilidad que la de 'volver al sitio que te corresponde'.
Sin embargo, no todo es oscuro en esta mordaz crítica al sistema capitalista norteamericano. Está Adrian. Aquella que desde el principio no comprendía el por qué alguien querría ser boxeador. El por qué alguien podría querer estar en ese constante ring llamado capitalismo. Sí. Ella es la razón por la cual Rocky no se hundió a pesar de que el éxito no le fuera reconocido. Porque finalmente, el amor es ese triunfo verdadero y personal por el que se lucha. El que llena el 'vacío' constante que deja el 'invierno' del entorno y el que no se encuentra en aquel ring sangriento y eterno, sino atrás, escondido al fondo de todo un público manso que aplaude al mismo al que no podrán alcanzar (Apolo para los menos espabilados) y que en realidad ni se lo plantean porque, al fin y al cabo... son conscientes de ser... unos don nadie...
Lo mejor de todo es que a pesar de esta semicruda crítica al sistema de vida norteamericano, la misma le concedió tres óscars, entre los que se incluye el de mejor película. Un triunfo y golpe de ring del que al parecer, nadie se dio cuenta.