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Voto de Kyrios:
6
Animación. Aventuras. Terror DVD que recopila dos historias paralelas de la novela gráfica Watchmen, que no fueron incluidas en la película de Zack Sde nyder. Relatos del Navío Negro (con la voz en versión original de Gerard Butler), aporta una nueva dimensión a la novela gráfica y narra una emocionante historia dentro de la historia: la de unos piratas cuyas turbulentas andanzas quedan reflejadas en el mundo de los Watchmen. "Bajo la Máscara" se basa en el ... [+]
19 de septiembre de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo el mundo que conozca un poco el mundo de los cómics suele citar a Watchmen como una de las mejores obras de este arte popular. De hecho, como la etiqueta cómic suele enfadar a los aficionados a la novela de Moore y Gibbons, han acuñado el apellido de Novela gráfica, con el que intentan elevar el estatus de la obra, dejando por debajo a otros héroes y semejantes. El caso, es que Watchmen supuso un antes y un después en el arte del cómic. La obra realizaba por fin una radiografía de personajes con la guerra fría de fondo, en la que por fin los superhéroes no eran meros muñecos sino que revelaban un perfil psicológico muy verosímil.
Las historias alcanzaban un nivel de excelencia que pocas veces se ha vuelto a repetir, sin duda alguna, por la unión de talentos, como el de Alan Moore (escritor también de The Sandman o V de Vendetta) y el dibujante Dave Gibbons, con acompañamiento del colorista John Higgins.

En el cómic, una de las historias que todo lector recuerda, era el cómic dentro del cómic que
leía uno de los personajes secundarios, conocidos como relatos del navío negro. Entre medio de las historias, se colaba una serie de viñetas que leía un niño frente a un quiosco (que paulatinamente iba reflejando en sus periódicos el avanza de la guerra nuclear) y que nos mostraba una historia que en teoría no tenía nada que ver con la trama real que sucedía en la novela. Pese a que en algunos momentos la historia podía parecer que cortaba el ritmo narrativo de la historia principal, gozaba de cierta gracia, por su exotismo y también porque elevaba un argumento que en teoría parecía de lo más simple (un cómic de piratas y fantasmas) a una obra bastante jugosa (que no perfecta).

Con la película de Zack Snyder, el apogeo del efecto Watchmen alcanzó su máximo nivel en muchas décadas. Si bien no era una película perfecta (traicionaba el espíritu básico de la obra, introduciendo algunos toques de humor banales que no aportaban nada a la película), consiguió que la historia del navío negro fuera recompilada por Mike Smith y Daniel DelPurgatorio y pasada en un formato de animación que resultó irresistible para los amantes del cómic.
Lo primero que uno recuerda de aquella tira, era la voz en off. Efectivamente, en la obra, el film capta perfectamente el recurso que se empleaba en el cómic de manera visual, añadiendo la voz sonora del protagonista. Una voz que está basada en muchos cómics de la época, en los que muchas veces los protagonistas se llenaban la boca con petulantes discursos y monólogos que sólo servían para dotar de pretenciosidad a la historia, sin que tuviera un efecto notable en la obra. Sin embargo, en relatos del navío negro, la voz en off funciona de manera muy poética, en parte porque las palabras no están escogidas al azar, sino que revelan la buena fe de aquella obra compuesta por Alan Moore.

Además en gran medida, la cinta recuerda a muchas de aquellas pequeñas historias (recordemos que el mediometraje no llega a los 21 minutos de duración) del guardián de la cripta o Creepshow, es decir, pequeñas historias de terror que se formaban a modo de episodios sin conexión entre ellos y que en los años ochenta causaron furor entre el público más juvenil ofreciendo historias de fantasmas, brujas y elementos sobrenaturales. De hecho, George A Romero, uno de los maestros del terror, rodó Creepshow en el año 1982, en una película que reunía diversos episodios de terror. Sin embargo, el medio metraje del navío negro consigue situarse peldaños por encima de aquellas inofensivas historias. En gran parte porque el tono serio es el que impera, y no una actitud gamberra o juvenil como encontrábamos en aquellas tiras cómicas. El final del mediometraje consigue impactar al espectador, cerrando una historia con un final circular que si bien puede pecar de pretencioso si nos ponemos muy escrupulosos, consigue situarse por encima de otras historias parecidas.

La trama de hecho gira en torno a un episodio de piratas y fantasmas que en algunos momentos recuerda la leyenda del holandés errante (de la cual Wagner se inspiraría para realizar una magnífica ópera) pero que muestra una madurez poco habitual. Lo podemos comprobar en los propios momentos en los que encontramos escenas de violencia y gore (que no son pocas) en las que ya encontramos claras diferencias con otras historias semejantes. Si en aquellas encontrábamos un sentido del humor banal unido a la violencia, en la cinta de animación de relatos del navío negro, las escenas de violencia forman un empaque sólido y no son nunca un añadido para que el público pubescente disfrute a costa de dichos excesos.

El tono de pesadilla y de mal sueño está logrado y conseguido en gran parte por un dibujo que mezcla la animación tradicional con elementos más desfigurados que provocaban una sensación de desacierto en el espectador. Es cierto que no hay ningún momento en que la animación se vuelva abstracta o se arriesgue en exceso, pero la ambientación terrorífica y nocturna, unido a la desesperante voz en off del personaje protagonista, consiguen crear un ambiente pesadillesco que hace que la obra gane enteros.
Kyrios
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