Señores, seamos realistas, si está Michael Bay de por medio, la acción y las imágenes trepidantes están aseguradas.

Utilizar un hecho real para adornarlo cuidadosamente de la americanada habitual de Bay es lo que nos espera en 13 horas. Un relato bien filmado, a excepción de esos momentos que a día de hoy siguen pensando algunos directores que rodar cámara al hombro nos hace ver el tema más real y no, se equivocan, lo único que consiguen es que nos mareemos mirando la pantalla y confundamos al que da, con el que recibe.

La propuesta es muy interesante, en especial porque se respira ese ambiente que tanto me gustó en Hotel Ruanda, donde sabes que a menos que alguien intervenga, se va a arrasar con todo el que ande por allí. En este caso se aprovechan del aniversario del atentado en las torres gemelas para atacar una zona americana y los únicos que pueden impedir tal suceso, son seis expertos soldados.

Me habría gustado más diálogo personal con los protagonistas, saber más de sus vidas personales y empatizar más con ellos, porque en dos horas y media era lo que menos podía pedir.