En 2006, Mike Flanagan había realizado un muy interesante y terrorífico cortometraje donde un hombre se enfrentaba a un misterioso espejo, de nombre Oculus: Chapter 3 - The Man with the Plan.

Ahora Flanagan retoma la idea del espejo como origen del mal, pero le da un par de vueltas a la anécdota, que cuenta la historia de una especie de maldición ancestral contenida en el espejo y una venganza dentro del entorno de una familia.

La historia arranca once años atrás con los dos hermanos, Kylie y Tim, entonces de 12 y 11 años, siendo testigos de cómo el padre asesina a la madre, Tim es culpado por el crimen y es recluido en una clínica para enfermos mentales.

Ya en el presente, Tim sale rehabilitado, y su hermana le hace cumplir una vieja promesa, deberán comprobar que él es inocente y sacar a la luz el misterio que envuelve al espejo, que ha sido recuperado por la chica.

Haciendo uso de una interesante estructura temporal, cuenta en paralelo la historia de los chicos con sus padres al mismo tiempo que el plan de la hermana en el presente, donde buscan conocer el fabuloso misterio del espejo, sin embargo, Flanagan experimenta con las dos temporalidades de manera efectiva, disolviendo la barrera temporal y mezclando los miedos y traumas de la infancia con lo que viven los chicos ya adultos, consiguiendo logradas atmósferas más allá del obvio juego de espejos.

Con efectivas actuaciones, pero sobre todo, acertadas decisiones desde la dirección del film, Oculus termina siendo una grata, interesante y terrorífica experiencia.