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Voto de SoniaTurbo:
4
6.5
15,975
Drama
Biopic sobre Richard Williams, un padre inasequible que ayudó a formar a dos de las deportistas más extraordinarias de todos los tiempos, dos atletas que acabarían marcando época en el deporte del tenis. Richard tenía una visión muy clara del futuro de sus hijas, y sirviéndose de métodos arriesgados y poco convencionales, elaboró un plan que llevaría a Venus y Serena Williams de las calles de Compton, California, al olimpo del deporte, ... [+]
19 de febrero de 2022
41 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Biopic" largo, previsible y que aporta poco a los miles de películas del subgénero, más allá de la curiosidad de que aparezcan representadas algunas figuras del tenis con las que muchos vibramos en directo no hace tantísimos años (véase un caso español en el espóiler). Will Smith lo hace bien; seguro que ganará el óscar y tendrá la oportunidad de soltar el obligado discurso de multimillonario discriminado por su raza. Pero lo cierto es que su retrato de Richard Williams es casi tan insufrible como debe de serlo el personaje real. Al principio te pueden hacer gracia sus delirios de grandeza y su ambición desmesurada (al parecer nada incompatibles con su fundamentalismo religioso); pero cada vez resulta más difícil tragarse la manera en que este pelagatos sin un duro se dedica a putear a los entrenadores y directivos publicitarios más "top" del ramo, como si los estuviera manteniendo él. En fin, la película tiene lo que piden los tiempos: mucho sentimentalismo facilón, algunas dosis de crítica social aún más facilona, y una notoria escasez de ideas frescas y de profundización en los personajes realmente importantes, en este caso las hijas, que seguramente ni con todo el oro del mundo podrían haber superado el trauma de tener un padre así.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El guionista parece confundir a Arancha Sánchez Vicario con Novak Djokovic: muestra una actitud chulesca e histriónica, tira la raqueta al suelo cada vez que pierde un punto, y se pasa diez minutos largos en el baño con el único objetivo de desconcentrar a su rival (como muy bien nos aclara otro personaje, por si no se nos había ocurrido pensarlo). Por supuesto, el bueno siempre es el yanqui, y eso no cambia por muy progres que nos pongamos.