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Voto de Ozymandias_Iskander:
9
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Terror. Fantástico
Cuando empiezan a desaparecer niños en el pueblo de Derry (Maine), un pandilla de amigos lidia con sus mayores miedos al enfrentarse a un malvado payaso llamado Pennywise, cuya historia de asesinatos y violencia data de siglos. Adaptación cinematográfica de la conocida novela de Stephen King "It". (FILMAFFINITY)
9 de septiembre de 2017
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de varios años intentando llegar a la gran pantalla y con nombres como Cary Fukunaga en el proyecto, finalmente sería Andy Muschietti (director de Mamá, tanto el film como el corto original) el encargado de dirigir la película dividiendo la obra en dos líneas temporales, una primera parte que tratará de la infancia de los Perdedores, y una futura secuela con ellos de adultos. En el libro, ambas confluyen en un experimento muy difícil que King desempeña con una enorme maestría. En el cine han preferido esta fórmula a la hora de tener más tiempo de conocer a esos chavales que hicieron frente a un temible monstruo que encarnaba sus propios miedos. Y, por suerte, pese a los cambios en la preproducción y las adaptaciones varias, IT funciona.
Andy Muschietti, apoyado en la fotografía de Chung-hoon Chung (el hombre encargado del mismo apartado en películas como Stoker, Oldboy...), cuenta de modo solvente esta aventura que se apoya en los recursos habituales del género de terror en sus momentos más oscuros y con los matices de otros géneros cuando se centra en los amigos; por fortuna, sin perder el aura de Stephen King incluso cuando añade escenas o cambia hechos. Hay dos momentos del montaje que me sacaron levemente de la película (la música de New Kids on the block en el cuarto de Ben o la cámara lenta del duelo a pedradas), pero, de resto, la dirección es oportuna hasta cuando se mueve por los lugares comunes de las fórmulas de los directores de terror a la hora de asustar.
Hay varias escenas potentes como ese arranque ya conocido, con el pequeño Georgie persiguiendo el barco de su hermano y encontrándose con Pennywise, o la visita a la antigua mansión de Neibolt Street o el viaje hasta las sombras de cada uno de los niños cuando se encuentra con sus monstruos; quizás el momento cumbre con esa pobre Bev en el baño o Bill en el sótano persiguiendo al pequeño Georgie. No siempre se abusa del miedo más fácil, pese a usar técnicas como el enfoque irregular o seres con movimientos extraños.
Sobre el guion, la atmósfera de King, como decía, continúa vigente y eso se nota cuando la importancia de la trama de los amigos es tan importante como Pennywise. Hay varios cambios, pero todos permisibles para llevar una abrumadora novela de ingente cantidad de páginas al cine. Puede que para alguien que conoce la obra, no haya muchas sorpresas salvo ver los nuevos miedos y monstruos que han decidido tomar (aunque haya algún guiño al final, por ejemplo, a la momia que veía Ben en el libro) y que hayan decidido centrar también la obra en el misterio de Pennywise y dejar de lado instantes que solo funcionarían en un libro o una hipotética serie (cuando Bill y compañía se dedican a hacer su pequeña presa). No obstante, sobrevive el aura de King incluso en ese maléfico padre de Bowers, reconvertido en policía, o en esa pequeña Bev y su tiránico progenitor.
Un punto a favor del film es que logra, gracias al guion y la química de sus actores, que sintamos que realmente son esos amigos que pensábamos que eran en el libro. Cuando uno lee It, siente que tiene esos amigos de papel y tinta. En el film, los notamos como compañeros de celuloide y se consigue transmitir ese mensaje, desde el heroico Bill el Tartaja (encarnado por Jaeden Lieberher) pasando por el bocazas de Ritchie Tozier (estupendo Finn Wolfhard, conocido por Stranger Things), sin dejar a la espléndida Bev de la mágica Sophia Lillis o el tímido Ben (un simpático Jeremy Ray Taylor), o el temeroso Stanley (Wyatt Oleff), el hipocondríaco Eddie (Jack Dylan) y el valiente Mike (Chosen Jacobs). Y si hablamos de ellos, también tenemos a los matones, la panda de Bowers, que cumple, sobre todo, en el caso del jefe, interpretado por Nicholas Hamilton, a riesgo de dejar momentos tan espeluznantes como la muerte de Patrick (Owen Teague) en el libro, pero recuperando otros del libro como la marca con la navaja en el pobre Ben.
Me parece muy loable también el papel de Bill Skarsgård como Pennywise. Más allá de las comparaciones con Tim Curry (muchos cometen el error de pensar que este film es un remake de aquella miniserie y no una nueva adaptación de la obra original, ay), el joven actor de veintisiete años logra crear a un Pennywise que, más allá del maquillaje y el vestuario, resulta terrorífico e inquietante, divertido, perturbador y, a la vez, atroz; un ser que no es de este mundo como no lo era en el libro y que, aunque aparece lo justo (¿quizás demasiado para algunos habituados a la carnicería fácil?), consigue una tensión única y perturbadora en las escenas que solo le pertenecen a él, haciendo que los chavales tengan un enemigo a la altura (véase la cara de terror de la pobre Sophia Lillis cuando se cruza con el actor de Pennywise en más de una escena).
IT dura dos horas y, desde mi punto de vista, nunca se hace larga. Cabría destacar que aquel que espera sustos y matanzas porque sí, sin contar con la historia de los amigos, acostumbrado a que los personajes sean solo carne de cañón con un solo plano de sí mismos, se sientan engañados por un film y una novela que no van sobre eso, sobre la sencillez de un género maltratado en el cine... Por suerte, para el que busque el espíritu de IT, este sigue vigente a lo largo del metraje por mucho que la edición haya quitado algunas escenas, como, seguramente, el regreso de Bowers o el papel de sus compañeros en el punto final de la trama.
Continúa en la zona de spoiler por falta de espacio.
Andy Muschietti, apoyado en la fotografía de Chung-hoon Chung (el hombre encargado del mismo apartado en películas como Stoker, Oldboy...), cuenta de modo solvente esta aventura que se apoya en los recursos habituales del género de terror en sus momentos más oscuros y con los matices de otros géneros cuando se centra en los amigos; por fortuna, sin perder el aura de Stephen King incluso cuando añade escenas o cambia hechos. Hay dos momentos del montaje que me sacaron levemente de la película (la música de New Kids on the block en el cuarto de Ben o la cámara lenta del duelo a pedradas), pero, de resto, la dirección es oportuna hasta cuando se mueve por los lugares comunes de las fórmulas de los directores de terror a la hora de asustar.
Hay varias escenas potentes como ese arranque ya conocido, con el pequeño Georgie persiguiendo el barco de su hermano y encontrándose con Pennywise, o la visita a la antigua mansión de Neibolt Street o el viaje hasta las sombras de cada uno de los niños cuando se encuentra con sus monstruos; quizás el momento cumbre con esa pobre Bev en el baño o Bill en el sótano persiguiendo al pequeño Georgie. No siempre se abusa del miedo más fácil, pese a usar técnicas como el enfoque irregular o seres con movimientos extraños.
Sobre el guion, la atmósfera de King, como decía, continúa vigente y eso se nota cuando la importancia de la trama de los amigos es tan importante como Pennywise. Hay varios cambios, pero todos permisibles para llevar una abrumadora novela de ingente cantidad de páginas al cine. Puede que para alguien que conoce la obra, no haya muchas sorpresas salvo ver los nuevos miedos y monstruos que han decidido tomar (aunque haya algún guiño al final, por ejemplo, a la momia que veía Ben en el libro) y que hayan decidido centrar también la obra en el misterio de Pennywise y dejar de lado instantes que solo funcionarían en un libro o una hipotética serie (cuando Bill y compañía se dedican a hacer su pequeña presa). No obstante, sobrevive el aura de King incluso en ese maléfico padre de Bowers, reconvertido en policía, o en esa pequeña Bev y su tiránico progenitor.
Un punto a favor del film es que logra, gracias al guion y la química de sus actores, que sintamos que realmente son esos amigos que pensábamos que eran en el libro. Cuando uno lee It, siente que tiene esos amigos de papel y tinta. En el film, los notamos como compañeros de celuloide y se consigue transmitir ese mensaje, desde el heroico Bill el Tartaja (encarnado por Jaeden Lieberher) pasando por el bocazas de Ritchie Tozier (estupendo Finn Wolfhard, conocido por Stranger Things), sin dejar a la espléndida Bev de la mágica Sophia Lillis o el tímido Ben (un simpático Jeremy Ray Taylor), o el temeroso Stanley (Wyatt Oleff), el hipocondríaco Eddie (Jack Dylan) y el valiente Mike (Chosen Jacobs). Y si hablamos de ellos, también tenemos a los matones, la panda de Bowers, que cumple, sobre todo, en el caso del jefe, interpretado por Nicholas Hamilton, a riesgo de dejar momentos tan espeluznantes como la muerte de Patrick (Owen Teague) en el libro, pero recuperando otros del libro como la marca con la navaja en el pobre Ben.
Me parece muy loable también el papel de Bill Skarsgård como Pennywise. Más allá de las comparaciones con Tim Curry (muchos cometen el error de pensar que este film es un remake de aquella miniserie y no una nueva adaptación de la obra original, ay), el joven actor de veintisiete años logra crear a un Pennywise que, más allá del maquillaje y el vestuario, resulta terrorífico e inquietante, divertido, perturbador y, a la vez, atroz; un ser que no es de este mundo como no lo era en el libro y que, aunque aparece lo justo (¿quizás demasiado para algunos habituados a la carnicería fácil?), consigue una tensión única y perturbadora en las escenas que solo le pertenecen a él, haciendo que los chavales tengan un enemigo a la altura (véase la cara de terror de la pobre Sophia Lillis cuando se cruza con el actor de Pennywise en más de una escena).
IT dura dos horas y, desde mi punto de vista, nunca se hace larga. Cabría destacar que aquel que espera sustos y matanzas porque sí, sin contar con la historia de los amigos, acostumbrado a que los personajes sean solo carne de cañón con un solo plano de sí mismos, se sientan engañados por un film y una novela que no van sobre eso, sobre la sencillez de un género maltratado en el cine... Por suerte, para el que busque el espíritu de IT, este sigue vigente a lo largo del metraje por mucho que la edición haya quitado algunas escenas, como, seguramente, el regreso de Bowers o el papel de sus compañeros en el punto final de la trama.
Continúa en la zona de spoiler por falta de espacio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Hay puntos en el libro original, no obstante, que son inadaptables o que se juega con ellos de un modo distinto en la película. Muchos señalan el ritual que realiza Bev para unir a los Perdedores (y hay un guiño en el film con el tema del beso), pero creo que otros puntos como la relación enfermiza de Patrick y Henry se dejan de lado por el tono que se ha querido dar de por sí al film y, al fin y al cabo, el espectador siempre tendrá el libro como otra posibilidad de descubrir la historia, ya que una adaptación, por buena o mala que sea, no hace desaparecer o invalida la obra original (menos mal).
La ambientación de los '80 está muy conseguida (atentos a todos los guiños cinéfilos, los pósteres de Beetlejuice, Batman, Pesadilla en Elm Street 5 o Arma letal 2). Donde mejor funciona es a la hora de recrear los pasajes más tétricos, como esa mansión o, sobre todo, el sistema de desagüe de un Derry terrorífico al cien por cien, con una gran conclusión que explica esa frase de "todos flotamos aquí abajo".
Mención de honor para la música de Benjamin Wallfisch, compositor de la banda sonora de varias películas recientes del género de terror como Annabelle Creation, y que aquí juega para mezclar la fantasía de los niños con temores demasiado reales. Agrega el sonido de violines y la tensión en su partitura y aporta varios temas interesantes a IT. Estupendo, además, que se haya retomado temas como el Dear God de XTC o el Six differents ways de The Cure.
IT culmina con el final de un capítulo uno que deja la puerta abierta para ese capítulo dos que narrará cómo los amigos, veintisiete años después, regresan a Derry para hacer frente a Pennywise. Aguardamos que todo lo que ha hecho buena esta película sobreviva incluso al fantasma de IT y tengamos un cierre digno para la adaptación de una de las mejores historias de terror, amistad y fantasía de la literatura y contada, nada más y nada menos, que por alguien con el talento de Stephen King.
El film funciona y creo que recoge perfectamente la metáfora final sobre cómo los niños deben superar sus miedos cuando Bill apunta al fantasma de su hermano con la "pistola" y se despiden para siempre.
Crítica publicada de forma extendida, originalmente, en http://elantrodelosvampirosyotrosmonstruos.blogspot.com.es/2017/09/it-de-andy-muschietti-reviviendo-el.html
La ambientación de los '80 está muy conseguida (atentos a todos los guiños cinéfilos, los pósteres de Beetlejuice, Batman, Pesadilla en Elm Street 5 o Arma letal 2). Donde mejor funciona es a la hora de recrear los pasajes más tétricos, como esa mansión o, sobre todo, el sistema de desagüe de un Derry terrorífico al cien por cien, con una gran conclusión que explica esa frase de "todos flotamos aquí abajo".
Mención de honor para la música de Benjamin Wallfisch, compositor de la banda sonora de varias películas recientes del género de terror como Annabelle Creation, y que aquí juega para mezclar la fantasía de los niños con temores demasiado reales. Agrega el sonido de violines y la tensión en su partitura y aporta varios temas interesantes a IT. Estupendo, además, que se haya retomado temas como el Dear God de XTC o el Six differents ways de The Cure.
IT culmina con el final de un capítulo uno que deja la puerta abierta para ese capítulo dos que narrará cómo los amigos, veintisiete años después, regresan a Derry para hacer frente a Pennywise. Aguardamos que todo lo que ha hecho buena esta película sobreviva incluso al fantasma de IT y tengamos un cierre digno para la adaptación de una de las mejores historias de terror, amistad y fantasía de la literatura y contada, nada más y nada menos, que por alguien con el talento de Stephen King.
El film funciona y creo que recoge perfectamente la metáfora final sobre cómo los niños deben superar sus miedos cuando Bill apunta al fantasma de su hermano con la "pistola" y se despiden para siempre.
Crítica publicada de forma extendida, originalmente, en http://elantrodelosvampirosyotrosmonstruos.blogspot.com.es/2017/09/it-de-andy-muschietti-reviviendo-el.html