La película se deja ver bien, siempre y cuando aceptemos el humos americano, que puede ser incluso algo empalagoso. (personalmente prefiero el inglés) Lo que no acepto de ninguna manera es que se muestren sin ningún tipo de pudor las matrículas de los coches en Francia, Inglaterra y Rusia y en cambio tengamos que tragarnos que al principo, en EEUU, no se deje ver la matrícula del coche americano. A ver, quizás piensen que si la muestran, alguien va a coger un avión o un barco, va a intentar buscar esa matrícula en concreto y va a ponerle una bomba. A mí me parece una estupidez. Estupenda la secuendia de Helen Mirren disolviendo con ácido un cuerpo en la bañera mientras habla por el móvil.