Veo esta mediocre comedia de mi admirado Woody antes y después de haber estado en Roma. En ambos casos me parece una película prescindible, pero ahora me gusta más porque reconozco los lugares donde están rodadas algunas escenas. El pavimento adoquinado de Roma, las motos, las vistas panorámicas, las escalinatas, las terrazas..., estos son los principales protagonistas de la película, mucho más que el propio Allen, Benigni o la abundante Penélope en su espectacular papel de buscona de lujo. Pasa con esta cinta algo parecido a lo que ocurre con las otras películas de Allen rodadas en ciudades significativas de Europa. Las historias no son originales ni convincentes, el carácter de los personajes no pasa de ser muy esquemático y el guión es una sucesión de gags no siempre graciosos. Lo que queda es un pasatiempo con los paisajes de la ciudad de fondo; una especie de spot de lujo para lucimiento de dicha urbe. Aquí las historias son cuatro, todas bastante tópicas, con el poco convincente nexo del guardia de tráfico que se supone que hace de narrador. En el spoiler cuento un poco de cada una de ellas.