Confieso que tenía muchas ganas de ver "Somos los Miller". De hecho, es uno de los pocos títulos lanzados al mercado de los últimos años que me había producido tan buenas vibraciones como éste. El motivo, además de la presencia de Emma Roberts, es que la idea me parecía buenísima. Lo malo es que no acaba de desarrollar todo su potencial. Qué digo, apenas lo hace. Mirad que argumento: un camello de medio pelo, David (Jason Sudeikis), se ve obligado a transportar un cargamento de marihuana de México a los Estados Unidos pero para pasar desapercibido se busca una familia de mentira, una stripper, Sarah o Rose (Jennifer Aniston), una adolescente fugada de casa, Casey (Emma Roberts) y un vecino inocentón, Kenny (Will Poulter).

No hay que ser muy listo para percibir que hay material para equívocos, situaciones comprometidas y muchas risas. "Somos los Miller" lleva a lo máximo dos premisas básicas en el género del humor: la falsa identidad y la de "gente normal en situaciones peligrosas y complejas", con el añadido de personajes variopintos. Ahora bien, Rawson Marshall Thurber se queda en lo básico, sustituyendo el ingenio en los diálogos y las situaciones por el humor grueso que poco tiene que ver con la trama. Dicho esto, a veces es graciosa, así que efectivamente te ríes, mientras que otras secuencias son más trilladas, la familia pesada sacada de "Vaya Vacaciones" (2006), o no funcionan como debieran. Aunque irregular, al final cumple, pero esperaba más.