Tal vez sea la Navidad, pero el cúmulo de tópicos que reproduce "Las aventuras de Tadeo Jones" no me ha resultado lo suficientemente molesto como para suspenderla, al menos en este momento. Sí algo destaca en esta producción española de dibujos animados es la falta de imaginación, lo que se traduce en versionar de forma amable al mítico personaje de Indiana Jones, convertido aquí en un paleto que no sabemos por qué motivo, a pesar de ser un apasionado de la arqueología desde un niño, es un albañil. La trama, principalmente aventurera y con algo de humor, se dedica a repellar ideas, imágenes o secuencias de "En Busca del Arca Perdida" (1981), "Indiana Jones y el Templo Maldito" (1984) e "Indiana Jones y la Última Cruzada" (1989). Incluso de "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal" (2008), en la que aparece un impostor y no el verdadero Indiana Jones.

La piedra de toque de este trabajo es si puede compararse con la animación norteamericana. La respuesta obvia es sí, aunque le falte detallismo y movilidad en el dibujo. Después de todo, salvo en este detalle, lo que nos llega del otro lado del Atlántico es entre flojo y directamente malo. De hecho, Enrique Gato repite el mismo esquema que hemos visto decenas de veces en este género: el protagonista, más tonto que graciosete, que aunque no tenga idea de nada resulta ser un héroe improvisada, la chica guapa pero que deja siempre claro su masculinidad, vaya a que piensen que son unos sexistas, los ídolos convertidos en villanos, los malos que son buenos, la voluntad como único requisito, la falta de verdadero esfuerzo o talento, etc. Pese a todo, a la falta de carisma de Tadeo incluso, me ha resultado llevadera. Además el loro con los carteles a lo Genma en "Ranma 1/2" (1989) es simpático.