Esta es una de esas películas de colores para gustos, un ritmo que no es ni trepidante, ni tedioso, no esperes un gran climax o unos puntos de giro sorprendentes. Los personajes que encuadra son esos personajes estereotipados que demandan los guiones de género, a los que esperamos ver cuando metemos en nuestro reproductor una película de fantasía. El director ha sido honrado a la hora de no prometer más de lo que da, una juguetería donde entretenerte. El que esperaba otra cosa, no estaba buscando en el sitio apropiado. No es una película original, aunque tampoco lo pretende, pero es más que suficiente para evidenciar el talento de su novel realizador, que ha sabido desarrollar una arquitrama de maduración apoyándose en como un personaje afronta su propia muerte o como su protagonista consigue dejar de odiarse a sí misma, todo narrado con un lenguaje comprensible para un niño. Espero poder ver pronto algo más de este realizador y me doy por satisfecho con su opera prima.