Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de Sémele:
10
Thriller. Drama Arthur Fleck (Phoenix) vive en Gotham con su madre, y su única motivación en la vida es hacer reír a la gente. Actúa haciendo de payaso en pequeños trabajos, pero tiene problemas mentales que hacen que la gente le vea como un bicho raro. Su gran sueño es actuar como cómico delante del público, pero una serie de trágicos acontecimientos le hará ir incrementando su ira contra una sociedad que le ignora.
7 de octubre de 2019
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
JOKER es, muy probablemente, una de las mejores películas que se pueden ver en el cine en la actualidad. Soy la primera de huir de las pelis que vienen precedidas de críticas tan positivas porque las expectativas muy altas llevan casi siempre a la decepción. Leí poco y vi todavía menos antes de ir a verla y lo cierto es que ha sido una experiencia brutal. Al margen de nuestras preferencias cinematográficas, seamos neófitos o entendidos del universo DC Comics, esta película es una muestra mayúscula de lo que debe de ser el cine de entretenimiento, con un calado a nivel artístico y técnico que difícilmente se podrá olvidar.

Todd Philips, director, y, sobre todo, Joaquin Phoenix se atreven a dar una (necesaria) vuelta de tuerca al cine de superhéroes y, más concretamente, de supervillanos, ofreciendo una cinta adulta, oscura y realista, rompiendo unos moldes que creíamos fijos y que empezaban a cansar y aburrir.

La tragicomedia del JOKER es la historia de un perdedor con muchísimos problemas, al que han borrado de la faz de la tierra. No es nadie, no existe en este universo que es Gotham. Porque el día que exista, el día que llegue a comprender su enorme potencial para causar el caos... ¡Pobre Gotham...! ¿O no? Basculando entre el drama y la comedia, el guión es tan rocambolescamente inteligente que saca humor de los momentos más duros, como si fuéramos el mismo JOKER que, en los momentos más inoportunos, suelta sin querer su estridente risotada, provocando miradas airadas. Luego está esa mirada lúcida, tan perspicaz, que nos cuenta el origen de la locura. El punto de inflexión que supuso la bacanal.


Técnicamente, es precisa y dinámica. Muy cuidada en todos los niveles. La paleta de colores (del azul oscuro del principio al blanco final, pasando por los tonos naranjas, rojos y verdes) incide en una historia que empieza triste como el estado de ánimo de su protagonista y acaba explotando con su evolución desbordante, regresando, en apariencia, a la neutralidad del blanco. El montaje juega con nosotros como jugaría el mismísimo JOKER, un alarde de ingenio que incidirá en la historia. El director construye planos, a veces, primeros planos, para el recuerdo. Unos planos unidos a la gestualidad de un intérprete excepcional. La banda sonora, llena de temazos, como el "Smile" que suena en varias ocasiones, introduce al espectador en una historia llamada a ser un punto y aparte, con un regusto a clásico que sorprende. Un clásico del entretenimiento. Un regalo.

Y un punto y aparte para Joaquin Phoenix, merecedor de, al menos, una nominación al Oscar a mejor actor (yo le daría el Oscar y sanseacabó...). Es tal la entrega del actor, su fusión total con el personaje, su expresividad en el rostro y en el cuerpo, sumando la pérdida de peso previa; sus gestos, su fluidez, su soltura y su plena transformación, que no queda otra que rendirse a la evidencia: su interpretación es absolutamente magistral. Los ataques de risa del personaje, tal y como son interpretados por Phoenix, demuestran por sí solos su enorme trabajo detrás. Hubo un momento, hacia el final, cuando aparece caracterizado como el JOKER en que el rostro del actor aparece camuflado por el maquillaje en que aprecié toda la transformación. Era Él. Simplemente Él. No voy a compararlo con Heath Ledger o Jack Nicholson, que interpretaron en su día al personaje, entre otras cosas, porque los suyos estaban dentro de una historia de Batman, y, aunque, me parecieron brillantes, lo de Phoenix es otra cosa. Va más allá.

El JOKER, en solitario, lejos del corsé del cine de superhéroes, es una película brutal, apabullante, visceral y absolutamente magistral, gracias a la valentía de su director, de la Warner y, sobre todo, de Joaquin Phoenix que ya era un actor soberbio pero aquí se sale. Elegir al actor era tan importante como acertar en el fondo y la forma y se les han alineado los planetas.
Sémele
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow