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Voto de Mageterito:
8
Drama Cuando todo va bien en el hogar de Johan Moritz (Anthony Quinn) con el bautismo de su nuevo hijo, el sargento Nicola Dobresco (Grégoire Aslan), decide entregarlo para ser llevado a un campo de trabajo alemán, presentándolo como judío sin serlo para que, así, su linda esposa Suzanna (Virna Lisi) quede a su merced. Ha comenzado la II Guerra Mundial y Moritz se verá involucrado en crueles y difíciles situaciones durante varios años. (FILMAFFINITY) [+]
20 de agosto de 2011
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de veinte años he tenido la fortuna de volver a ver recientemente este compendio de historia, fotografía, música y sarcasmo. Sí sarcasmo, porque la vida se ríe descaradamente del personaje principal, lo bambolea de un lado para otro sin opción de escapatoria. Como un paria de la tierra pasa de una vida sencilla a estar inmerso en la locura nazi, sin razón lógica aparente - bueno sí, la lógica hitleriana - que conduce a este individuo a una destrucción de su propia identidad personal. Lo curioso es que después de tanto ir y venir, pensando que quizá, al final se ha hecho justicia, la vida le condena a un recordatorio perenne de tanta sinrazón, riéndose otra vez, amargamente, de un hombre cuyo único delito fue estar casado con una bella mujer.
Este clásico desconocido y olvidado es un documento ágil y descriptivo a la vez, del punto de vista europeo de la Segunda Guerra Mundial, tan pocas veces tratado en el cine, que nos acerca a la realidad e injusticia que sufrieron los países del Este.
El intento de condensar en dos horas diez años de la vida de un hombre en semejante marco histórico, provoca que el guión se vea forzado en algunos momentos, pero, esto lo suplen una ambientación y fotografía notables, donde las escenas de los trabajos forzados son impresionantes, así como, las escenas en ciudades y caminos. La música es desgarradora, sobre todo, en la escena final donde se resumen la nostalgia y dolor por el tiempo perdido.
La interpretación de Quinn es magistral o quizá no tanto, porque le cuadra a la perfección, se diría que lo hace sin esfuerzo, no hay nada que desentone en este papel con su persona. Consigue caerte bien desde el principio, su inocencia y bonhomía, simpatiza contigo y te hace padecer lo mismo que él.
El papel de Virna Lisi, como bien refleja el cartel de la película, es el origen y final de la película, es el tapiz de fondo donde se escribe la historia del protagonista y es precisamente al final, donde la actriz demuestra mediante una interpretación crudamente real el dolor, la vergüenza y la esperanza de recuperar, en la medida de lo posible, la vida robada.
Los papeles secundarios redondean este viaje al pasado, destacando los papeles de Grégoire Aslan -como el infame Dobresco- y Serge Reggiani - como intelectual Sr. Trajan víctima de sus ideas -.
Inolvidable, sobre todo, por la escena final, que roza lo épico.
Mageterito
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