Sin perdón es la mejor peli que he visto del incombustible Eastwood, y gracias a ella aprendí a amar el western, y poder deleitarme con los grandes clásicos de Ford o Huston, como El hombre que mató a Liberty Valance o El tesoro de Sierra Madre, por lo tanto le debo mucho al bueno de Clint Eastwood y su obra de arte: "esta película resume todo lo que siento acerca del western", afirmó el director en L.A en el estreno de la película.
Lo que me maravilla de Sin perdón es la capacidad que tiene Eastwood para construir una historia clásica y sumamente elegante, y a la vez desmitificar todos y cada uno de los códigos del género. Al menos hasta el mítico desenlace. La fotografía dibuja un paisaje inmenso y melancólico, y la genial música de Lennie Niehaus contribuye a la creación de un ambiente mágico.
Eastwood demuestra gran habilidad a la hora de describir a su personaje, que evoca su pasado atroz con frases sentenciosas del tipo: "Me llamo William Munny. He matado hombres. He matado mujeres y niños. He matado todo tipo de seres vivientes. Y hoy he venido a matarte a ti", o "Ned, ¿te acuerdas de aquel granjero al que disparé y los dientes le salieron por la nuca?". Will Munny debió ser un tipo muy sádico antes de encontrar algo de amor en su vida. Gene Hackman, Morgan Freeman y la increíble aparición de Richard Harris, contribuyen a agigantar este western, inmortal desde su estreno.
spoiler:
Justo al final de la peli, cuando Munny se dispone a cumplir su pertinente venganza, le confía todo el botín al miope Jaimz Woolvett para que lleve una parte del dinero a sus hijos y a la viuda de Ned. Eastwood le dice: "no voy a matarte muchacho, eres el único amigo que tengo" Y le confia el botín para que llegue sano y salvo a su destino. Estas frases que sentencian cualquier imagen son las que hacen de Sin perdón un western distinto y genial.