Grata experiencia de la mano de Øvredal, que nos trae una cita directa y efectiva. Una mezcla de las dos vertientes fundamentales del género, que dividen la película en dos mitades bien enlazadas y rematadas. Consigue poner en tensión al espectador prácticamente desde el inicio, con amagos de un giro radical que termina llegando, pero sin ser malsonante. La atmósfera, los planos, el ritmo, todo fluye para llegar al miedo sin parafernalia, y la BSO cumple bien aun recurriendo al tópico-guiño.

Los que busquen el terror "psicológico", el miedo a lo que no termina de verse y que sin gritos te pega al asiento, pasarán un buen rato. Y los que solo quieran sustos nada tienen que perder.

La recomiendo a cualquiera que le atraiga el género, incluidos los prejuiciosos.