Y ya iba siendo hora...
Ya iba siendo hora de hacer una película de suspense (no, no es de terror. Quizá algo grotesca pero no de terror) fresca, intrigante y sin demasiadas pretensiones. Y es que desde hace tiempo un aficionado al cine agradece algo diferente. Basada en una historia corta, y muy corta, del genial Clive Barker, Midnight meat train, es una cinta que aunque pueda dejar algún que otro cabo suelto deja un muy buen sabor de boca tras hora y media de metraje. He leido que las actuaciones dejan mucho que desear, cosa que a mi no me lo ha parecido, y por supuesto la gran estrella del show es Vinnie Johnes. Un papel hecho a su medida y que nos saca de la imagen que teníamos de él. Aquí representando al oscuro carnicero que campa a sus anchas en los vagones de metro, acojona tan solo con su simple presencia sentado en un banco, con su maletín sobre sus rodillas y esperando al tren de las dos de la madrugada para hacer de las suyas.
En definitiva, para mi opinión una gran película con un final arriesgado y satisfactorio para aquellos que estamos hartos de que la chica se queda con el chico y el malo acaba cayendo de un precipicio. Una fotografía formidable con una ciudad sumida en la oscuridad incluso de día y una banda sonora aceptable.
Se que habrá gente que discrepe pero a mi me dejó muy pero que muy buen sabor de boca.