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España España · Barcelona
Voto de David MS:
8
Aventuras. Acción Siglo X. Ahmed, un noble árabe (Banderas), es expulsado de sus tierras por cortejar a una mujer. Acompañado de su mentor (Sharif) emprende un viaje al Norte, donde entrará en contacto con un grupo de guerreros vikingos que tienen que enfrentarse con una horda de salvajes que atacan sus poblados y devoran a sus gentes. La profecía de una bruja, que anuncia el triunfo de los vikingos gracias a la intervención de un extranjero, anima a ... [+]
20 de enero de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la adaptación de la novela Devoradores de Cadáveres escrita por Michael Crichton en 1976, surge El Guerrero Número 13 (1999), película que inicialmente iba a coger el título del libro pero decidieron cambiarlo. No es el único cambio, Crichton rodó escenas adicionales tras el pobre recibimiento de la primera versión realizada por John McTiernan, y lo mismo sucede con Jerry Goldsmith, que tuvo que regrabar la banda sonora -inicialmente de Graeme Revell-. Tantas malas habladurías hicieron que el film se retrasase dos años en su llegada a las salas, y cuando lo hizo fue un sonoro fracaso en taquilla; con un estratosférico coste de 160 millones de dólares, obtuvo solo 61 en todo el mundo.

Con tanta gente metiendo mano es difícil decir a quien achacar las virtudes y defectos de la película. Los créditos mantienen el nombre de John McTiernan tras las cámaras. Protagoniza Antonio Banderas en uno de sus primeros papeles estrella en USA, acompañado de actores de aspecto nórdico: Vladimir Kulich, Dennis Storhoi y Tony Curran entre otros. Omar Sharif tiene un breve papel, tras el cual se retiró del cine por la mala experiencia que le supuso.

Trece guerreros son elegidos para un viaje a un pueblo atacado por unos tales wendols, los devoradores de cadáveres del título del libro. Los doce primeros guerreros son vikingos de las tierras, el decimotercero -como se encarga de señalar una bruja profeta- ha de ser de otra etnia, siendo elegido el árabe Ibn Fadlan (Banderas), un erudito expulsado de su patria por mantener relaciones con la mujer de un miembro de la realeza.

Todo el mundo echa pestes sobre El Guerrero Número 13 y aunque puedo estar de acuerdo en que no es una película redonda, tampoco le falta mucho para ello. Se trata de un buen relato de aventuras algo clásico, con toques sobrenaturales que podrían agradar a aquellos que en los últimos tiempos han disfrutado de sagas como El Señor de los Anillos. Por otro lado, El Guerrero Número 13 está lejos de ser apta para todos los públicos y no faltan decapitaciones, miembros amputados y escenas violentas de horror varias, captadas por John McTiernan de una manera cruda y bastante explícita en cada una de las bárbaras batallas que dan lugar en la poco más de hora y media que dura.

Si en estas escenas está acertado el director de Jungla de Cristal, citar otra que muchos recuerdan negativamente, y que para mí es un recurso narrativo que demuestra el talento de este director, hablo y/o escribo sobre la escena en la que el árabe que encarna Banderas aprende el idioma vikingo en unas elipsis sugeridas solo por unas transiciones fundidas a negro. De paso evitando subtítulos o mensajes no comprendidos entre emisores y receptores.

Aparte de McTiernan -o Crichton, ves a saber-, hay otros apartados de gran nivel en la película, destacando sobremanera el diseño de producción. 160 millones de dólares son una pasta gansa, y dieron para mucho. Los poblados vikingos se sienten reales, se pueden tocar, no es de corchopán ni está hecho con efectos especiales en postproducción. Igual pasa con la cueva donde se hospedan los villanos, o con las espadas, escudos y demás armas vikingas.

El trabajo de los actores también es interesante; se podría pensar que por estar Antonio Banderas en el reparto todos los focos iban a recaer sobre él, pero el protagonismo está bastante compartido y (casi) cada uno de los doce compañeros restante tiene su carácter y escena de lucimiento -en especial el rey que interpreta Vladimir Kulich y el confidente de Banderas que encarna el simpático Dennis Storhoi-. McTiernan es especialista en crear buenos grupos de actores protagonistas y con matices, como ya hizo en Depredador.

Otros aspectos a destacar: la aventurera música de Jerry Goldsmith, y de manera negativa aunque case bien con el tono del film, una fotografía algo oscura que en algunas escenas hace difícil saber qué está pasando en imagen -ejemplo, la primera batalla en el caserón de madera-.
David MS
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