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España España · Zaragoza
Voto de Kforever:
8
Drama Cuando todo va bien en el hogar de Johan Moritz (Anthony Quinn) con el bautismo de su nuevo hijo, el sargento Nicola Dobresco (Grégoire Aslan), decide entregarlo para ser llevado a un campo de trabajo alemán, presentándolo como judío sin serlo para que, así, su linda esposa Suzanna (Virna Lisi) quede a su merced. Ha comenzado la II Guerra Mundial y Moritz se verá involucrado en crueles y difíciles situaciones durante varios años. (FILMAFFINITY) [+]
17 de enero de 2017
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como alguien que se ha tragado un montón de películas ambientadas en la II Guerra Mundial, como alguien aficionado a ese clave momento de la historia, tenía entre mis espinas clavadas la de no haber visto, hasta hace poco tiempo "La hora 25".
Y, bien, de notable o notable alto, tremenda y demoledora película, hecha en régimen de co-producción entre varios países europeos (entre los que estaba Yugoslavia, el bueno de Tito, como siempre, no desaprovechaba ocasión de meter el dedo en el ojo a Stalin, como se comprueba hacia el final de la película, en la manera en que se describe el avance del ejército soviético) y con gran despliegue de medios, dirigida con pulso firme por el director francés, de origen armenio (por lo que, de masacres y genocidios debía de saber algo, aunque fuese de oídas), Henri Verneuil, que acierta a la hora de manejar escenas de masas en planos generales a la vez que escenas mas íntimas y personales, basada en la novela del mismo título, que es la obra mas conocida del escritor rumano Constantin Virgil Gheorghiu, libro que, por lo que tengo entendido, es denso y de un gran pesimismo, de tono oscuro y misántropo.
Precisamente, si cojea esta película de forma mas patente es precisamente en ser una adaptación, porque cuando ha transcurrido la primera mitad, o los primeros dos tercios de la película, se nota que el guionista, el propio director, ha tenido que pegar muchos tijeretazos a la historia, ha tenido que resumir de forma mas forzada, para adecuar la narración a la duración de un largometraje, y eso que es una peli larga, alrededor de dos horas, pero aún así, la complejidad y densidad de la novela original obliga a presentar una película a la que en su tercio final o en su segunda mitad se le notan las cicatrices, las transiciones y las sucesiones de los escenarios, de una situación a otra, de una historia a otra, son muy bruscas, en ocasiones son demasiados los hechos que se dan por sucedidos, hay algunas veces en que son varios y no poco importantes los acontecimientos que se dan por ocurridos y que se cuentan en los diálogos y en los soliloquios.
Pese a ello, película tremenda y tremendista, en todos los sentidos, descorazonadora y demoledora, que no deja títere con cabeza, con un final dramático y triste que da buena muestra de las heridas emocionales que ha dejado en el protagonista el calvario vivido.
Hablando de ello, Anthony Quinn, como siempre en el, realiza una interpretación apasionada, exultante, llena de vitalidad, su personaje es sobre el que pivota buena parte de la historia y sabe tirar adelante con la acción y el desarrollo de la película.
Para los que afirman que es poco o nada creíble lo que sucede con el tratamiento "racial" por el que pasa el personaje principal, sobre todo en su segunda mitad, cuando se topa con el oficial SS que es "experto racial", los que conocemos los delirios raciales y étnicos del nazismo mas salido de madre y disparatado y sus teorías mas febriles sobre los origenes del hombre y de los pueblos, sabemos que es algo que podría haberse dado perfectamente. Peliculón.
Kforever
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