Cuando llegó el espía Harry Palmer a las pantallas, James Bond ya había protagonizado cuatro películas (o tres, porque no sé que película vino antes, si 'Ipcress' u 'Operación trueno'). La carrera en el cine de James Bond ya estaba empezando a ser sólida, mientras que un jovenzuelo Michael Caine llegó a las pantallas para dar vida a otro espía británico.

Lo malo es que las similitudes entre Harry Palmer y James Bond son demasiadas, pero Bond sale victorioso por K.O. ya que 007 tiene algo que Palmer no tiene, el factor sorpresa (el Bond cinematográfico vino antes que este largometraje) y carisma. A pesar del trabajo sólido y sin alardes de la futura estrella, no puedo evitar ver a su personaje como una imitación del legendario espía al servicio secreto de su majestad.

Como película 'Ipcress' no tiene una acción tan trepidante, ni un villano carismático ni escenas para el recuerdo. Sin todos estos elementos, sería fácil sacar el pulgar hacia abajo como hacía Cómodo en 'Gladiator'; sin embargo, hay que decir que el guión de 'Ipcress' no aburre, que ya es mucho, y deja hueco para alguna que otra sorpresa.

Así pues, bien es cierto que no va a ser una película que recuerde como una gran película, ni mucho menos, aunque tampoco es una obra infame y para echarlo al fuego. Con su entretenimiento y su suspense bastan para que esta imitación de 007 apruebe.

Eso sí, sin esta película, quizás no tuviéramos, o hubiéramos tardado más en ver en la gran pantalla al gran Michael Caine, y eso es algo que agradecemos.

Nota real: 5.5