Considerado una de las mejores películas del oeste de todos los tiempos, era el momento de ponerse por fin al corriente y descubrir si el río sonaba o no.

Con John Ford he tenido más encuentros que desencuentros, una de esas piedras en el camino fue con la ultramítica 'Centauros del desierto' en el que llevo la contraria, pero sin ganas de más polémica; en esta ocasión, el señor del parche me ha vuelto a sorprender para bien y es la segunda vez este año tras 'El hombre tranquilo'.

Si bien no comparte muchos rasgos comunes con el género del oeste al ser sobre todo una cinta de personajes, no es más que un plus al mérito de esta cinta donde no necesita mucho más que un puñado de actores excelentemente construidos y acompañados de interpretaciones naturales para elevarlo a los altares.

Destaca la figura de John Wayne al ser el más mítico del elenco, no sería justo minusvalorar al resto porque son tan culpables como "el duque" de que este título siga siendo inmortal más de ocho décadas después. Cada uno de ellos con su propia personalidad se complementa de lujo con el resto.

Además, me ha parecido un trabajo algo adelantado a su tiempo para ser de los años 30. En términos de banda sonora o cinematografía mediante la profundidad de los planos no parece que tuviese esta producción más de ocho décadas de vida. Este mismo filme con medios más modernos hubiese estado de miedo, técnicamente hablando.

Y para la historia del cine queda como el primer encuentro entre John Ford y John Wayne que rodarían juntos más largometrajes desde entonces para gozo de los cinéfilos. Se podría decir que 'La diligencia' no solo es una gran película, sino el principio de un gran tándem, el de los tocayos John.