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Voto de ukiyo_e:
4
7.9
109,542
Drama. Fantástico
Ambientada en el sur de los Estados Unidos, en plena Depresión. Paul Edgecomb es un funcionario de prisiones encargado de vigilar la "Milla Verde", un pasillo que separa las celdas de los reclusos condenados a la silla eléctrica. John Coffey, un gigantesco hombre negro acusado de asesinar brutalmente a dos hermanas de nueve años, está esperando su inminente ejecución. Tras una personalidad ingenua e infantil, Coffey esconde un ... [+]
30 de diciembre de 2007
34 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conociendo el verdadero éxito de La Milla Verde me pregunto de veras si se trata de la misma película que yo vi anoche. Aunque creo que a nivel de lenguaje visual es notable, está basada en un guión pésimo. Parece ser que es una adaptación de una novela que desconocía. No sé si dicha adaptación será muy fidedigna, sin embargo la historia que nos muestra la versión cinematográfica es una mezcla de conceptos y de ideas, sin asentarse claramente en un género. Eso no es malo, pero el resultado, aquí, es superficial. Por querer abarcarlo todo no coge nada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Comencemos por el ‘grandullón’ John Coffey: en principio se supone que él es el motivo de la historia, y desde que entra en la ‘Milla’ todos esperamos a que se resuelva su misterio. A lo largo de su espera para la ejecución, no vemos más que una intención de romper el dualismo preconcebido entre el Mal y el Bien; es decir, entre los presos condenados a muerte y los guardias. Y es que este dualismo no existe, pues todos tenemos nuestro lado adorable, sensible y tierno, incluso el asesino (al que de forma prejuiciosa odiamos).
Un discurso abierto y comprensivo. Pero de que sirven tantos minutos de cinta dando ejemplo de ternura y buena intención cuando resulta que sí existe el Mal. Se trata de Percy, que no tiene corazón, no tiene escrúpulos y es un sádico. Y por supuesto del último en ser encarcelado (no recuerdo el nombre) que resulta ser el verdadero culpable del crimen de Coffey. Ahí los tenemos: el Mal. Y por consiguiente existe un Bien, que ya sabemos quiénes son. Sin embargo, no estaba todo dicho, porque en el Bien también hay Mal, y en un acto de “justicia”, el grandullón mata al ‘malo malísimo’, y deja atontado de por vida a Percy que era malo, pero tampoco tanto. Total que con todo me pregunto ¿y quién es John Coffey? ¿Es un justiciero divino? ¿Es quizás un nuevo Mesías de Dios? De hecho si bien Jesús pudo resucitar a Lázaro, bien podría Coffey resucitar a un ratón. Y si bien Jesús curó a los leprosos, Coffey también podría con una infección de orina y un tumor en el cerebro.
Total que después de divagar de un lado para otro sin centrarse en algo en concreto, con frases vacías de contenido y con un careto de lloriqueo durante toda la película, el grandullón acepta su destino injusto. Una ejecución en público, por cierto, igual que la de Quién ya sabemos. Por suerte la silla ya estaba allí, y Coffey no la tuvo que cargar a la espalda… quizás estoy desvariando un poco,… igual que la película, vaya.
Y si la historia ya no tenia ni sentido ni rumbo, ahora es el no va más, porque resulta que el bueno de Hanks las está pagando por haber ejecutado a Coffey y entre tanto ya tenemos muerta a la pobre señora del asilo que sólo quería saber qué le preocupaba a Hanks. Eso sí antes de morir tuvo el placer de conocer al Sr. Jingles que resulta que también estaba vivo.
Y todo ese rollo sin sentido y sin trascendencia por ver a Fred Astaire y a Ginger Rogers bailar en Sombrero de Copa…
Un discurso abierto y comprensivo. Pero de que sirven tantos minutos de cinta dando ejemplo de ternura y buena intención cuando resulta que sí existe el Mal. Se trata de Percy, que no tiene corazón, no tiene escrúpulos y es un sádico. Y por supuesto del último en ser encarcelado (no recuerdo el nombre) que resulta ser el verdadero culpable del crimen de Coffey. Ahí los tenemos: el Mal. Y por consiguiente existe un Bien, que ya sabemos quiénes son. Sin embargo, no estaba todo dicho, porque en el Bien también hay Mal, y en un acto de “justicia”, el grandullón mata al ‘malo malísimo’, y deja atontado de por vida a Percy que era malo, pero tampoco tanto. Total que con todo me pregunto ¿y quién es John Coffey? ¿Es un justiciero divino? ¿Es quizás un nuevo Mesías de Dios? De hecho si bien Jesús pudo resucitar a Lázaro, bien podría Coffey resucitar a un ratón. Y si bien Jesús curó a los leprosos, Coffey también podría con una infección de orina y un tumor en el cerebro.
Total que después de divagar de un lado para otro sin centrarse en algo en concreto, con frases vacías de contenido y con un careto de lloriqueo durante toda la película, el grandullón acepta su destino injusto. Una ejecución en público, por cierto, igual que la de Quién ya sabemos. Por suerte la silla ya estaba allí, y Coffey no la tuvo que cargar a la espalda… quizás estoy desvariando un poco,… igual que la película, vaya.
Y si la historia ya no tenia ni sentido ni rumbo, ahora es el no va más, porque resulta que el bueno de Hanks las está pagando por haber ejecutado a Coffey y entre tanto ya tenemos muerta a la pobre señora del asilo que sólo quería saber qué le preocupaba a Hanks. Eso sí antes de morir tuvo el placer de conocer al Sr. Jingles que resulta que también estaba vivo.
Y todo ese rollo sin sentido y sin trascendencia por ver a Fred Astaire y a Ginger Rogers bailar en Sombrero de Copa…