Argumento absurdo. No me creo que en una sociedad futura se permitiesen tales abusos. Los repo-men campan a sus anchas por las calles con más poder que la policía a la que no se ve por ninguna parte.

Argumento ya conocido. La crítica a una sociedad deshumanizada en la que los robots, o como en este caso las personas con órganos artificiales, acaban demostrando ser más humanos que las propias personas, ya la vimos en Blade Runner o Inteligencia artificial.

La idea de que las grandes multinacionales tienen más poder que los estados es ya una realidad. Y que en un futuro acaben imponiendo sus normas y abusos, a priori suena interesante como tema a tratar por la película. Pero director y guionista lo hacen de manera tosca y chapucera, dando más importancia a la acción que al contenido. Se incluyen escenas efectistas y sangrientas con coreografías al estilo Matrix.

La escena final en la que Forest Whitaker y Jude Law unen sus fuerzas para acabar con la corporación para la que trabajan está encajada con calzador. No se explica cómo han estado a punto de matarse y luego resulta que cuando Law queda inconsciente Whitaker le consigue un corazón.

En definitiva, Repo-men no es más que un vulgar batiburrillo de películas de ciencia ficción ya vistas con unos giros de guión sinsentido que no hacen sino despistar al espectador.