The Silencing (2020) es un thriller policial que transcurre entre un pueblo agreste y una reserva natural para animales, lugar al que un río hace llegar el cuerpo de una joven mujer asesinada. Dirigida por Robin Pront y protagonizada por Nicolaj Coster-Waldau.

Por Nicolás Bianchi

Entre algunos giros de guión un tanto desparejos, aunque en ocasiones efectivos, The Silencing logra captar cierto interés en la resolución del femicidio que la película tiene como comienzo. El remanido mecanismo de un caso del presente que trae a colación un crimen no resuelto en el pasado se pone una vez más en marcha. El ambiente es un pueblo chico de Canadá y sus alrededores naturales, la montaña, el bosque y el lago.

Rayburn (Coster-Waldau, el Jaime Lannister de Game of Thrones) es un cazador devenido en guardaparque que está encargado de mantener a sus otrora colegas fuera de los límites de un santuario de vida silvestre, donde principalmente viven ciervos. Su hija está desaparecida desde hace cinco años, en un caso que nunca se pudo resolver. Rayburn, desde entonces, se encuentra cada vez más inclinado hacia el alcoholismo.

A su vez, la sheriff Alice Gustafson (Annabelle Wallis) comienza a investigar el femicidio de una muchacha cuyo cuerpo aparece a la vera de un río, después de una semana de muerta, mientras al mismo tiempo debe lidiar con su hermano Brooks (Hero Fiennes Tiffin), un joven problemático que frecuenta un campamento de indigentes y drogadictos que se encuentra ubicado a la entrada del pueblo.

El principal interés del film consiste en desentrañar quién es el asesino que comienza a aparecer, totalmente camuflado, por la reserva que tiene que custodiar Rayburn. The Silencing cuenta con algunas secuencias de suspenso bien construidas y algunos detalles de guión bien plantados que luego favorecen el avance de la trama. Por otra parte, el personaje de Rayburn está suficientemente desarrollado como para lograr cierta empatía con él.

A pesar de sus virtudes, la película es poco original y cuenta con historias similares que se produjeron recientemente que la superan en interés y calidad, tal es el caso de Wind River (2017). The Silencing toca muchos temas pero no profundiza en ninguno. Desde la razón misma de los femicidios, a la marginalidad, la adicción, el alcoholismo hasta la opción por la soledad de su protagonista. Todo se muestra pero se deja como en un envoltorio, para abrir en otra ocasión. En el desenlace, vital en este tipo de films, se opta por un camino relativamente fácil, lo que en cierta medida arruina las construcciones narrativas previas.

En la actual cartelera accidentada de pandemia The Silencing cuenta con la ventaja de ser un estreno, aunque fallido. El puñado de tomas que muestran los bellísimos paisajes de Ontario, donde la película fue filmada, sirve como un pequeño aliciente ante los lugares comunes en los que cae el film.