La película que cierra la trilogía sobre estos personajes del universo de Marvel resulta eficaz al contar una historia de origen, tocando temas como la amistad y el compañerismo.

Por Nicolás Bianchi

Si bien en estos multiversos de héroes el final nunca está claro, en principio esta tercera entrega, dirigida como las anteriores por James Gunn, es la última vez que los personajes que integran a los Guardianes estarán juntos y con película propia. Eso no quiere decir que varios de ellos no vuelvan a aparecer, sino que no lo harán de manera ensamblada. Más allá de las películas siempre está la posibilidad de que varios de ellos tengan su spin off en una serie.

Esto corre sobre todo para el mapache Rocket Raccoon (con la voz de Bradley Cooper), gran protagonista de este film. En este caso, el punto de partida es la tristeza de Peter Quill (Chris Pratt) por la partida de Gamora (Zoe Saldaña) y la impotencia de un grupo que no puede reanimar a uno de sus líderes. Pero todo empieza a cambiar cuando un ataque de parte de Warlock (Will Poulter) deja malherido a Rocket.

Entonces, los guardianes se ven obligados a ahondar en el pasado del mapache para poder salvarlo de la muerte. Mientras esta misión urgente comienza a desarrollarse, la película, en paralelo, cuenta el origen de Rocket, que había sido dotado de inteligencia en un laboratorio comandado por el villano The High Evolutionary (Chukwudi Iwuji). Este malvado personaje busca crear la sociedad perfecta alterando animales, humanos y otras criaturas, pero cada vez que falla en su intento elimina a todos.

De esta manera, Rocket es presentado como un sobreviviente. Además del lugar destacado de este personaje en el tercer volumen de la saga, cada integrante tiene su momento, lo que refuerza la sensación de despedida. En este sentido, Drax (Dave Bautista) vuelve a un rol paternal, que también se liga con su origen, la sensible Mantis (Pom Klementieff) se replantea su trayectoria y Nebula (Karen Gillian) se esfuerza para superar su estado permanente de enojo con la vida. Groot (Vin Diesel) acompaña como siempre y destaca en los momentos de acción.

Guardians of the Galaxy Vol. 3 supone una mejoría radical con respecto a las últimas tres entregas de Marvel. A propósito de esto, las recientes versiones de Thor, Ant-Man y Black Panther habían resultado fallidas, olvidables y tediosas. Esta película deja atrás esas sensaciones volviendo a los básicos del cine de superhéroes. Es decir, una historia de origen y un grupo que, al estilo de los mosqueteros, arriesga todo para salvar a uno de sus integrantes.

Además, en este film vuelven a funcionar las secuencias musicalizadas con hits del pasado (Radiohead y Beastie Boys, entre otros) y las escenas de acción, por más caóticas que resulten, se entienden. Nada de esto significa que el cine de superhéroes esté por atravesar un nuevo auge. Incluso quizás indique lo contrario, ya que, actualmente, las películas más interesantes son las de los personajes de segundo o tercer orden. A pesar del agotamiento del género, Guardians of the Galaxy Vol. 3 supone una más que digna despedida.

Se estrenó en cines y va a estar disponible en Disney +. Contacto: [email protected]