Me compré por bastante poco el DVD con la versión extendida de la película de Samuel Fuller. Son dos horas y media largas de una gran epopeya bélica.

Claramente lastrado por un presupuesto mucho menor al que le correspondería, pues le dieron la asignación de película de serie B, Fuller se las ingenia para con muy pocos extras (suelen matar al mismo nazi unas cuantas de veces) mostrarnos la guerra tal y como él la conoció.

El guión es más profundo de lo que uno pueda sospechar en un principio. Se recurre a metáforas todo el tiempo, tanto visuales como habladas. Esto puede chocar, e incluso molestar, a los aficionados al cine bélico, tanto como el clásico americano como al más actual enfocado en el realismo extremo.

Y es este punto el más criticado. la verosimilitud del filme no está muy lograda en algunos momentos, pero es que el el amigo Fuller no la busca. Quiere contar su relato, y enseñar algo al espectador que le haga reflexionar, aunque para ello tengamos que creernos las casualidades fantásticas de la película, u obviar que el sargento apenas ha cambiado físicamente en 20 años.

Hay algunas escenas, que debido al poco presupuesto rozan el patetismo. Esas cajas de cartón en las playas de Normandia claman al cielo que alguien las levante con una mano y se las lleve. Pero a mi no me importa tanto estas escenas. Me da igual que algo del metraje pueda ser un poco cutre. Hay otras escenas que son de lo mejorcito que he visto en el cine bélico, anti bélico o como se quiera llamar ahora.

Recuerdo con especial angustia la escena del desembarco de Normandia. Empieza, como ya he dicho, un poco cutre para el año que es (1980). Pero como los mejores momentos de la peli, el guión hace maravillas en esta situación a priori algo fea visualmente. Me refiero cuando van enviando uno a uno a los soldados a que lleven un tubo de plástico explosivo para reventar una alambrada, y los alemanes los van cazando uno a uno tranquilamente, con todo el poder del mundo. Como Pedro por su casa. Y esa escena te hace preguntarte cosas; "¿Para que coño sirve enviar uno a uno a los soldados a la muerte? Ni de coña iba a ir yo a por el tubo de los cojones, me quedo aquí tranquilito en la playa haciéndome el muerto".

Y hay varias situaciones iguales. El principio, magistral. El final, cerrando un ciclo que volverá a abrirse en la próxima guerra. La escena del francotirador, la lucha en el sanatorio, ese Lee Marvin con un casco llena de florecitas, el parto, el Cristo sin ojos sangrando, el caballo desbocado...

Película con mensaje y que te hace pensar.

Injustamente olvidada por el público.