Teniendo en cuenta que para mí, el año cinematográfico empieza de alguna forma al volver de las vacaciones de verano, puedo hablar tranquilamente de la primera gran decepción de la temporada.

No he leído la novela, pero esta película adolece de un guión lleno de altibajos, con personajes que no sabemos porqué o sobre todo, porqué no hacen determinadas cosas. Bueno, lo diré sin tapujos: en vez de ciegos, parecen una pandilla de gilipollas encerrados, en especial el papel de Julianne Moore, que llega a poner de mala leche.

Durante buena parte de la película, iba pensando en el pedazo de suspenso que le iba a poner a la peli nada más llegar a casa. No consiguió engancharme en su primera mitad. Y eso que la presentación de como van quedándose ciegos no está nada mal. Tampoco está mal filmada, en absoluto. Meirelles sabe que este relato necesita una cámara, llamémosla (malamente) serena, alejada de la forma de rodar que utilizó en "Ciudad de Dios", y también cree saber que es un relato donde la cámara debe pasar más inadvertida. Bien. Pero con ese guión, me da igual lo que hagas, por mucho desenfoque chulo que me pongas.

Los fundidos a blanco consiguen ponerme de mala leche. Los actores no están nada mal, pero ni ellos se creen que son ciegos. Los puntos de humor son simplemente lamentables, por mucho que la sala entera estallara en carcajadas.

Menos mal que en un determinado momento (giro de guión que el espectador llevaba pidiendo a gritos hacía 20 minutos) la cosa mejora. Pero no mucho más. Ya ven mi nota a día de hoy, 10 de Octubre, es un 6, con lo que la peli no me ha parecido en absoluto mala. Pero suele pasar que una puntuación de este tipo es poca cosa si las expectativas eran muy altas. Y llevaba tiempo esperando como agua de Mayo el nuevo filme de Meirelles. Y no ha cumplido. Muchos empezamos a sospechar que Ciudad de Dios fue un accidente, o que la desconocida co-directora de esa peli tuvo que ver mucho más de lo que pensábamos en su triunfo.