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España España · Un lugar de La Mancha
Voto de CarlosDL:
6
Drama. Ciencia ficción Jamie Salter es un cómico fracasado que se convierte en la voz de Waldo, un anárquico personaje animado de un típico late night de humor. La vida de Salter se escapa de control cuando, frustrado por el mundo de la política, el oso azul Waldo se convierte en un firme candidato en las próximas elecciones. Tercer episodio de la segunda temporada de la miniserie "Black Mirror" creada por Charlie Brooker. (FILMAFFINITY)
11 de marzo de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aquí tenemos el esperado broche a la segunda temporada de la magnífica Black Mirror. Broche algo escueto para lo que se esperaba, firmando una temporada más endeble que la anterior, siendo el primer capítulo el más distinguido y dando la impresión de una pérdida iterativa de frescura. Aun así, no deja de ser un capítulo aceptable a pesar de no cumplir con las altas expectativas, algo que era bastante difícil, he de reconocer. Al igual que sus cinco hermanos, te hará reflexionar sobre nuestro entorno y la manipulación sufrida gracias a nuestro "borreguismo" a la hora de enfrentarnos a la realidad, en parte producido por una desconfianza hacia los representantes del pueblo en gobiernos cada vez menos creíbles y más cargados de falacias.

El eje central del capítulo abraza la situación política actual (o de cualquier otro momento) donde los políticos se muestran ante la gente corriente como estereotipos manipulados y donde algún resquicio de rebeldía puede alentar a la multitud enfurecida. Así aparece Waldo, un oso animado azul de carácter grosero y avispado, una marioneta digital sin tabúes y simpática de cara al público (recordando bastante al repulsivo muñeco Ted de Seth MacFarlane en momentos en los que el guión se excede). Waldo gana popularidad rápidamente y su equipo decide presentarle a un proceso electoral, conviertiendo a este osito en todo un símbolo contra la política, llegando a alzarse como el candidato más "real" de todos en cuanto a sus palabras. ¿No es eso lo que buscamos tantas veces? Esta vez lo encuentran en un ser irreal, pero al menos sus palabras son sinceras. Él pondrá los puntos sobre las íes y terminará conviertiéndose en uno más de ellos, en un producto más de control social, de manipulación.

El guión se apoya una vez más en las últimas tecnologías y en cómo estas nos afectan. Twitter forma parte esencial del capítulo, haciendo crecer a Waldo mientras la persona que lo maneja se encarga de poner el toque sentimental, más personal, que todos los capítulos tienen. Es una entrega que sabe a poco, que deja con ganas de más y mejor, y que hace esperar que Charlie Brooker aún tendrá algún as en la manga para futuras entregas.
CarlosDL
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