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España España · Zaragoza
Voto de Hilodeseda:
7
Drama El movimiento sufragista nació en Inglaterra en vísperas de la Primera Guerra Mundial. La mayoría de las sufragistas no procedían de las clases altas, sino que eran obreras que veían impotentes cómo sus pacíficas protestas no servían para nada. Entonces se radicalizaron y, en su incansable lucha por conseguir la igualdad, se arriesgaron a perderlo todo: su trabajo, su casa, sus hijos y su vida. La protagonista es Maud (Carey Mulligan), ... [+]
29 de diciembre de 2015
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos son los traumas a los que la sociedad actual tiene que hacer frente: Una severa crisis económica mundial, el paro, la incertidumbre política, el terrorismo yihadista…Todos ellos dentro de una sociedad avanzada en la que se tienen unos derechos y obligaciones ganados con el sudor de miles de personas que desde siglos atrás han peleado por unos privilegios no siempre presentes, que hoy parecen mínimos y sobre los que habitualmente no reparamos dada nuestra cada vez más estresante vida diaria.

Esta pequeña reflexión viene a colación del visionado de ‘Sufragistas’, película necesaria aunque algo fría sobre el relativamente reciente conflicto de las mujeres en el Reino Unido y su lucha por la consecución del derecho a voto como reflejo de la obtención de una dignidad hasta hace poco cercenada por el interés de una sociedad eminentemente machista.

En una semana donde el maremágnum starwasiano alumbra con fuerza los rincones oscuros de la fuerza es conveniente recordar y tener en cuenta otros estrenos de carácter histórico o dramático (además de ‘Sufragistas’ también ’45 años’ o ‘Invisibles’) que desean hacerse un hueco en la cartelera y en el espacio de ocio de todos los españoles en estas navidades. ‘Sufragistas’ no es ni redonda ni perfecta. El film adolece de tensión dramática y quizás aporta más datos y nombres que emociones, probablemente fruto de la menor capacidad de una directora poco experimentada y con ganas de contar una buena historia pero con peor sentido cinematográfico de lo esperado. Esto es cierto, no se puede negar, pero sin embargo el film resulta francamente interesante por aspectos tangibles como la potencia de los hechos narrados, la magnífica captura del Londres de principio de siglo o el magnetismo de actores como Carey Mulligan o Brendan Gleeson.

La película se adentra en la lucha activa que parte de la población femenina y adulta de Londres empezó a desarrollar para que sus derechos al sufragio fueran reconocidos iguales al de los hombres. La sociedad, históricamente machista, radiaba testosterona en cada estamento y en cada lugar de decisión y la mujer era considerada un ser inferior intelectualmente al hombre. Fruto de esa abominable premisa que enarbolaba la gran parte de la población, se veía como lógico el no derecho al voto femenino por una cuestión meramente intelectual y casi irrebatible. De esto hace tan sólo cien años. Ni mil, ni dos mil. Cien. En dicha lucha que narra la película la figura de Emmeline Pankhurst (Meryl Streep) es absolutamente primordial, no tanto en el film ya que su presencia será más bien escasa sirviendo más de guía moral que como estandarte corpóreo –el papel de Streep es casi testimonial–. En 1903 Emmeline Pankhurst fue quien creo la Unión Social y Política de las Mujeres (WSPU) a través del cual comenzaron una lucha activa para tratar de provocar en la cámara un cambio de tendencia que reconociera el derecho de las mujeres.

El film se centra en el personaje de Maud Watts (Carey Mulligan), personaje de ficción utilizado para entender el sentimiento de la mujer británica de principios de siglo, la cual viendo la precariedad de su vida y la lucha del WSPU decide involucrarse activamente en dicho movimiento a pesar de los sacrificios que ello conlleve. En el relato se echa en falta algo de consistencia y hay personajes que pierdes de vista sin que importe demasiado, pero lo cierto es que funciona como fiel reflejo de un sentimiento y de un momento histórico al que quizás era necesario volver para que tomen valor premisas de la actualidad. Cualquier mujer (lo mismo valdría para el hombre) debería de respetar más su derecho al voto y ejercerlo, sobre todo cuando supone un acto por el que muchas mujeres lucharon e incluso perdieron la vida.

El reparto lo completan Ben Whishaw como esposo de Maud (Mulligan), Brendan Gleeson como un ficticio policía en contra del movimiento femenino por el voto, Helena Bonham Carter como una ficticia Edith –cabecilla y líder del grupo a las órdenes de Emmeline Pankhurst– y Anne-Marie Duff como Violet (también ficticia). El diseño de vestuario, la fotografía granulosa y el diseño de producción son los puntos más destacados junto a una Carey Mulligan que se confirma como uno de los rostros más sólidos del cine británico. Quienes vayan por la presencia de Meryl Streep se llevarán una severa decepción, dada la ínfima cantidad de minutos en pantalla de la gran actriz norteamericana (como ya sucediera en el reciente western dirigido y protagonizado por Tommy Lee Jones, ‘Deuda de honor’). La banda sonora del genial Alexandre Desplat es interesante y apropiada. Un nuevo acierto del compositor francés.

Lo mejor: Carey Mulligan. El diseño y ambientación del film.
Lo peor: Cierto punto de relato expositivo con falta de alma. Los pocos minutos de Meryl Streep.

Valoración:
Banda sonora: 7
Fotografía: 7,25
Interpretación: 7
Dirección: 5
Guion: 6
Satisfacción: 7
NOTA FINAL: 6,5

@hilodeseda - www.habladecine.com
Hilodeseda
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